Para el valenciano Luis Aparicio Manzanares (23 de agosto del 1981, Tudela), las montañas de la provincia de Castellón se han convertido en su hábitat natural desde que se iniciara en las carreras populares. El año que acabamos de despedir ha sido el de su revelación, con victorias en el estreno de la Ultraferradura de Llucena y el primer Circuito de Montaña Alto Palancia.

—¿Cómo empezó a correr?

—Dejé el fútbol hace tiempo por una lesión y tras varios años de inactividad empecé a correr por asfalto en el 2008 para practicar algún deporte. Entonces recuerdo que hacía uno o dos kilómetros y me paraba muchas veces.

—¿Cómo descubre la montaña?

—Empecé a probar en el 2010 y la primera carrera importante que hice fue la Penyagolosa Trails Marató i Mitja. Descubrir la montaña fue lo que me acabó de enganchar a este deporte al descubrir la libertad que se podía sentir al correr en plena naturaleza.

—¿Cómo fue aquella primera experiencia en la MiM?

—Empecé relajado, como hay que hacer en este tipo de carreras largas, pero mi nivel de entonces no tenía nada que ver con el actual y acabé reventado. Se notó que llevaba poco tiempo entrenando, pero las 7.13 horas que hice no está mal teniendo eso en cuenta.

—¿Cuál es la mayor distancia que ha corrido?

—No he podido volver a hacer la MiM porque no hice marca mínima y no he tenido suerte en los sorteos, pero en el 2015 y 2016 hice la CSP. El primer año, en el que fue Copa de España, hice 15.50 horas y acabé en el puesto 11, también hecho polvo. Al año siguiente, ya con un entrenador personal, se notó mucho esa preparación ya que el tiempo fue similar pero acabé con la sensación de estar más entero.

—¿Cómo es su entrenamiento?

—Ha cambiado mucho. Empecé de manera autodidacta y desde hace dos años tengo un entrenador. Entre semana hago entrenamiento de fuerza en gimnasio y series de asfalto. Combino con rodillo o tiradas de 15 kms en asfalto, y el fin de semana lo dedico a la montaña.

—¿Cómo es su temporada?

—Suelo apuntarme a las carreras que me apetecen, priorizando unos cuatro objetivos al año, principalmente ultrafondos.

—¿Por qué prefiere los ultras?

—Se me da mejor la resistencia, voy de menos a más a medida que acumulo kilómetros y me siento más cómodo en los ritmos de carreras de larga distancia.

—¿Qué ha supuesto ganar el primer circuito del Alto Palancia?

—Primero una sorpresa, porque al principio de la temporada no lo esperaba, y una satisfacción porque ves que los entrenamientos y esfuerzo dan resultado.

—¿Se había propuesto ganarlo?

—La idea era completarlo, porque hasta ahora nunca había podido hacer un circuito entero, pero eran carreras que ya había hecho y eso fue un punto a favor. Y menos mal que gané la última, porque ya pensaba que iba a ganar el circuito sin ganar ninguna.

—¿Cómo logró ser tan regular?

—La clave fue combinar el circuito con carras de asfalto para coger velocidad y ultras que me daban fondo, para después descansar un par de semanas o tres antes de las carreras del circuito.

—¿Qué objetivos tiene ahora?

—Estoy preparando las oposiciones a maestro de junio, así que bajaré el ritmo. Haré la TES de la Vall d’Uixó, la de 60 kms porque no tendré tiempo para preparar más distancia. Empezaré con la Picaio Cims Trail el 14 de enero y las carreras que me faltan del Circuit de València de Trail. El 22 de abril, el Trail les Useres, luego la carrera de Almedíjar, la Trencacims de 50 kms, y tras el verano un par de ultras más. Eso sí, tras ganar el circuito, donde vaya iré a competir a tope ya que me ha hecho valorarme más.

—Este 2017 también ganó la primera Ultraferradura de Llucena, de 65 kms. ¿Qué le pareció?

—Estuvo muy bien organizada y sobre todo se notó que habían trabajado mucho para abrir y recuperar senderos.