El subcampeonato mundial de Laia Cañes no fue la única buena noticia para las atletas provinciales en la última edición de Penyagolosa Trails. Diana Martorell Canós (12 de julio del 1982, Moncofa) también subió al podio de Sant Joan, haciéndose con un tercer puesto en su segunda Marató i Mitja (7.23.46 horas).

—Hace un par de años usted me comentó que carreras como la MiM le parecían demasiado largas. ¿Qué ha cambiado?

—La verdad es que no tenía intención de participar en pruebas tan largas, pero el año pasado mi novio se apuntó a la MiM y yo me animé a hacerlo un par de días antes de que acabara el plazo de preinscripción. La entrené y la acabé con 7.51.18 horas.

—¿Y este año se fijó como objetivo estar entre las tres primeras?

—El año pasado no acabé contenta del todo, así que la idea era hacer una buena carrera y bajar marca, aunque con el cambio del recorrido íbamos algo a ciegas.

—¿Cómo la preparó?

—Mi entrenador en el Mur i Castell-Tuga, Ezequiel Cuesta, me dijo que la prepararíamos a fondo. La idea era intentar hacer carreras más largas para perderles el miedo, acostumbrarme más a ellas porque la verdad es que el primer maratón de montaña que hice fue el de Gátova el año pasado para preparar la MiM. Esta vez he corrido tres, Espadán en enero, Calderona y Mavova, y como en esta última no acabé con buenas sensaciones porque sufrí más de lo normal, también hice la de Sagunto, donde me ví mejor.

—¿Cómo discurrió la MiM 2018?

—Cuando cumplí la primera parte ví que el tiempo que llevaba era bueno y que todavía me encontraba bien de fuerzas. En la segunda, las piernas pesan por bien que vayas, y este año hizo mucho calor y humedad. La gente llegaba bastante mal a les Useres y yo iba siempre bebiendo, la verdad es que cuando al llegar a Sant Joan empezó a llover lo agradecimos mucho.

—¿Cuándo supo que iba tercera?

—En Xodos me dijeron que tenía la tercera a minuto y medio por delante, pero en esos momentos no piensas que la vas a atrapar, yo me olvidé del tema y luego ví que la tenía, la pasé después de Xodos, como a 7 km de la meta, y ahí empecé a pensar en si podría aguantar hasta la meta. El último kilómetro y medio fue duro porque había mucha piedra suelta e incluso tuve un buen tropezón, pero llegué. Eso sí, hasta la alfombra de la meta no me ví tercera.

—¿Cómo ha cambiado el trazado?

—Ha cambiado la primera parte, antes corrías mucho al principio, había asfalto, pero ahora hay enseguida zonas de subida que antes no estaban. Hay que adaptarse y yo ya había entrenado por la zona, así que sabía que tenía que levantar el pie y llegar bien a les Useres sin desgastarme.

—¿Qué caracterizó esta edición?

—Con el Mundial y los 20 años de la MiM el ambiente fue increíble, se te ponían los pelos de punta.

—¿Qué objetivos tiene ahora?

—Este año ya he cumplido con la MiM, ahora la idea es acabar la Lliga Nord, donde voy líder pero eso no supone nada porque se debe a que Sonia Mundina abandonó en Atzeneta, así que veremos cómo llegamos al final. En agosto pararé y después a lo mejor hago algún 30k, pero este año no haré ninguna carrera más larga.

—¿Dará el salto a la CSP?

—Esa sí puedes poner que no la haré nunca, si ya me cuesta la distancia de la MiM, encima en la CSP hay que correr de noche...

—¿Volverá al asfalto?

—Vengo del asfalto y creo que se me da incluso mejor que la montaña, pero aunque dije que no lo dejaría porque es bueno para coger velocidad, hace dos años que no hago ningún 10k. Lo último fue el Maratón de Castellón, y la verdad es que me gustaría porque tengo algunas marcas pendientes como el 10k, pero no me acabo de hacer el ánimo.

—¿Qué supone para los corredores provinciales el subcampeonato mundial de Laia Cañes?

—Es una suerte que tengamos un referente como ella, alguien de aquí, con quien hemos corrido muchas veces, y que demuestra que se puede llegar lejos.