En cierta medida, como hablamos determina como pensamos. Es lógico, pues si mi auto diálogo es negativo, frustrante, cargado de dudas... estoy transmitiéndome que es así como estoy realmente. Por ello es importante escuchar al atleta como se expresa, cómo habla acerca del entrenamiento y durante el mismo, cómo explica la preparación de una competición, los resultados, etc, y a su vez trabajar su uso del lenguaje en la medida de lo posible durante el propio entrenamiento, ya que como cualquier aspecto físico, insisto en que cualquier aspecto mental también se entrena, se mejora y se perfecciona.

Palabras como ‘no sé hacerlo’, ‘no me sale’… transmiten de forma negativa un mensaje a la mente y como consecuencia al cuerpo. Hablar de forma negativa, determina en cierta forma que se piense de forma negativa.

Por ello, hay que modificar cómo se usa el lenguaje para modificar cómo se piensa al respecto de lo que decimos y como consecuencia final como actuamos debido a este pensamiento. ¿Cómo cambiar de un lenguaje negativo a un pensamiento positivo?

1.No puedo...

Una expresión habitual entre deportistas, especialmente cuando se enfrentan a nuevos retos, ya sean ejercicios, objetivos más ambiciosos, y generalmente antes de una competición. Es beneficioso cambiar el ‘no puedo’ por ‘voy a intentarlo, trabajando correctamente las cosas salen bien’.

2.Ya pero...

Es como decir ‘sé que es posible, pero voy a poner una excusa por si acaso’. Sería idóneo modificar está expresión por ‘sé que hay variables pero puedo controlarlas’.

3.No sé hacerlo

Expresiones como ‘yo no valgo’, ‘no soy capaz’. Al principio puede que aquello que consideras difícil lo sea, pero con práctica todo se aprende y las habilidades se adquieren entrenándolas. Es más útil para la salud mental: ‘con empeño me saldrá, es un desafío’.

4.Yo debo, yo tengo

Son lo que los psicólogos llamamos creencias irracionales, nadie debe, ni tiene que hacer algo. No tienes que proponerte las cosas como una obligación, sino como algo voluntario que te gusta, que te apetece y que haces voluntariamente. Cambia esta expresión por ‘yo quiero’.

5.Si...

Es un condicional habitual. Por ello en deporte solo trabajamos con 3 condiciones: la condición física, la mental y la condición de que lo que haces lo hagas por y para ti. Pensar en ‘si mi rival...’, es solo especular.

6.Imposible.

¿Hay imposibles en la vida? Obviamente sí. Pero en el ámbito deportivo el imposible es mejor analizarlo, verlo y tratarlo como reto. Será imposible todo aquel planteamiento inverosímil e irreal, pero un planteamiento deportivo correcto es un reto, no un imposible.

7.Es que...

Es otra forma de expresarnos que solemos utilizarnos para excusarnos de algo. Generalmente, de lo que carecemos o no nos ha salido bien. En lugar de buscar lo negativo o las dificultades, es preferible que busques aquello que quieras fortalecer y optimizar.

8.Qué mal

Si realmente un entrenamiento deportivo o una competición tan mal te ha salido y es objetivo tu argumento, ya tienes la solución al problema: ‘voy a mejorarlo’.

9.No estoy bien

La temporada es larga, y por ello los entrenadores y preparadores físicos la estructuran en pretemporada, momentos de carga, momentos de bajada, momentos de forma óptima. Es irracional pensar que estaremos bien los 365 días del año, es mejor ser conscientes des que la temporada son estados y picos de forma.

10.Tengo que demostrar

Esta es una de las expresiones más dolorosas que escucho en los deportistas. No has de demostrar nada a nadie, grábate en lo más profundo: ‘me demuestro a mí’.

El pensamiento, el lenguaje y la forma de actuar están relacionados con la práctica PNL (Programación Neuro Lingüistica), que se refiere a dos variables psicológicas básicas (percepción y lenguaje) y un proceso mental. Un ejemplo aplicado al running sería: dolor de piernas (percepción) -es lógico que me duelan las piernas, las estoy ejercitando (lenguaje) -continuar la competición con optimismo y enfásis (programa de comportamiento).

*Psicóloga Deportiva

twitter: @mvallsbarbera