Ya no son lo que eran, pero siguen dando que hablar, continúan siendo un objeto de deseo para muchos conductores y su oferta crece sin parar. Los GTI son modelos que combinan en distintos porcentajes deportividad y practicidad, dos características que incluso podrían considerarse antagónicas.

El concepto no es nuevo, pues lo estrenó Volkswagen hace ya más de 30 años con el lanzamiento de su primer Golf GTI y desde entonces casi todas las marcas se han ido subiendo al carro, de forma que actualmente son muy pocas las que no ofrecen propuestas de este tipo en sus catálogos. El Peugeot 308 GTI es uno de los modelos más interesantes de esta categoría. No es ni el más potente ni tampoco el más versátil, pero aporta un equilibrio casi perfecto que le permite transmitir unas sensaciones muy especiales al volante sin tener renunciar a la comodidad de un coche con el que ir todos los días a trabajar.

EQUILIBRIO Aunque la marca francesa había venido ofreciendo hasta la fecha dos configuraciones diferentes, de 250 y 270 caballos, desde finales del año pasado está solo disponible la más potente. Y aunque no llega a los 300 CV del León Cupra o a los 310 del Honda Civic Type R, el 308 transmite unas magníficas sensaciones al volante y unas prestaciones de primer nivel.

Su comportamiento es también muy efectivo, con un paso por curva espectacular y una sensación de ligereza muy agradable en las zonas más viradas. Pero probablemente lo mejor de todo sea el equilibrio que aporta. Y es que el GTI francés es un coche realmente rápido y eficaz, con un planteamiento muy deportivo que, sin embargo, no resulta especialmente incómodo y apto para ser utilizado a diario.