Honda estrena estos días las versiones diésel de la décima generación del Civic, su modelo más emblemático y reconocible, con más de 24 millones de unidades vendidas en todo el mundo a lo largo de más de cuatro décadas de vida.

Esta última entrega destaca de forma muy especial por su diseño dinámico, deportivo y claramente más atractivo que el de su predecesor. Y es, además, más grande. Mide 4,52 metros de longitud -casi 14 centímetros más que el Civic anterior en el caso del 5 puertas- y también es ligeramente más ancho, lo que le permite ofrecer un interior más amplio y un maletero con 478 litros, que pasa por ser uno de los más capaces de su categoría.

Tras el lanzamiento de las motorizaciones de gasolina (a la venta desde la primavera del año pasado tanto en carrocería Sedán como de cinco puertas) y la reciente comercialización de la variante deportiva Type R de 320 CV presentada en febrero, el fabricante japonés completa ahora la gama con la llegada del Civic Diésel.

A los tres motores de gasolina de 129, 182 y 320 caballos que ya estaban disponibles se suma ahora un propulsor i-DTEC de gasóleo, con 1,6 litros y 120 caballos de potencia. Se trata de una actualización del que Honda ya venía ofreciendo anteriormente, pero mejorado en términos de rumorosidad y eficiencia para reducir los consumos y las emisiones.

dos configuraciones Como su homónimo de gasolina, este nuevo Civic Diésel también está disponible tanto sobre la base de la carrocería de cinco puertas, más deportiva, como combinado con la Sedán de cuatro puertas, ligeramente más larga, aunque esta última no llegará a Vehicles hasta junio. En ambos casos, el comportamiento es impecable y constituye uno de los puntos fuertes del modelo japonés.