Carlos Sainz y Lucas Cruz brindaron el sábado a Peugeot una memorable victoria en el Dakar, con la que la marca del león se ha despedido de la carrera sudamericana. Tras sumar dos triunfos en las dos últimas ediciones, el fabricante francés quería decir adiós a lo grande. Y lo hizo. En una delas ediciones más duras y complicadas desde que el rally se celebra en América del Sur, Sainzcompletó una actuación impecable, conquistando la tercera victoria consecutiva de la marca y su segundo triunfo personal, tras el conseguido con Volkswagen en el 2010.

Peugeot cierra así su segunda etapa en el Dakar, una carrera con la que ha mantenido una intensa relación que comenzó hace ya más de 30 años, cuando el uno de enero de 1987 se presentó por primera vez en la salida con un equipo oficial. Su llegada supuso entonces un punto de inflexión en la historia de la prueba. La firma gala, que venía de dominar el Mundial de Rallys, formó un equipo de lujo con pilotos como Ari Vatanen, Juha Kankkunen o Jacky Ickx, encadenando cuatro triunfos en las cuatro ediciones que disputó entre 1987 y 1990. Tras aquel cuatrienio de éxitos, la marca francesa se despidió del Dakar y no regresó hasta25 años después. Para entonces, el escenario había cambiado y el rally había ya no se disputaba en África sino en América del Sur, pero Peugeot replicó la misma fórmula utilizada en 1987, apostando por un tipo de vehículo diferente y reuniendo a un grupo de pilotos del máximo nivel. El resultado es conocido. Tras el fiasco del 2015, el equipo supo reconducir la situación y desarrollar un coche prácticamente nuevo, con el que dominó de forma incontestable las ediciones del 2016 y el 2017. Su buggy e dos ruedas motrices se reveló como el coche a batir y el dream team formado por Peterhansel, Sainz, Loeb y Despres, ha vuelto a marcar una época, que concluyó el sábado con una última victoria, la tercera consecutiva. Y esta vez con color español.