Renault estrenó el año pasado la segunda generación de su SUV de gama alta, que combina el estilo robusto de un todoterreno con el refinamiento propio de sus berlinas. La firma gala completa así su oferta crossover junto con el Captur y el Kadjar.

Este nuevo modelo, que se puso a la venta en el 2008 y se dejó de fabricar en el 2015, mide ahora 4,67 metros y tiene una distancia entre ejes de 2,71, convirténdose en uno de los más amplios de su categoría.

La gama de motores, por el contrario, no es tan variada como la de alguno de sus rivales, ya que tan solo ofrece dos propulsores diésel, uno de 130 caballos únicamente con tracción delantera y otro de 175 con tecnología All Mode.

Adaptable. Este sistema de transmisión integral garantiza la tracción ideal en cualquier circunstancia. Mediante un mando, el conductor puede elegir entre tracción delantera con reparto de par automático y tracción integral con un reparto fijo al 50% en cada eje, ideal para condiciones de baja adherencia.

Hay tres niveles de equipamiento, Intens, Zen e Initiale Paris. Todos ellos, al igual que el resto de modelos de Renault, cuentan con el sistema R-Link 2 de conectividad y elementos de ayuda a la condución.