La población extranjera residente en la provincia de Castellón ha disminuido en 19.013 entre los años 2008 y 2015. Así lo reflejan los últimos datos del padrón del Instituto Nacional de Estadística facilitados por la consultora Ais Group. Según este informe, la provincia de Castellón cuenta con 87.112 personas de otros países empadronadas, lo que supone un 18% menos que en 2008.

El profesor de Geografía Humana de la UJI Javier Soriano explica que el paro provocado por el estallido de la burbuja inmobiliaria, que arrastró a la industria del mueble, azulejo, servicios inmobiliarios, transporte... condujo a la expulsión de la población inmigrante sin empleo a un ritmo anual de 2.300 personas al año.

Los extranjeros de la UE son los que han experimentado un mayor descenso absoluto, con un retroceso del 15%, lo que supone 10.764 menos que en el 2008.

“Es lógico porque la población europea es la que más fácil tiene irse, por estar más cerca de sus países de origen o de otros mercados laborales, y porque buena parte de las salidas se refieren al éxodo rumano”, indica Soriano.

Los rumanos continúan siendo la principal comunidad, con 42.458, aunque son 9.541 menos que en el 2008, (-18%).

La segunda salida en importancia es la de población oriunda de América, con 6.543 menos, es decir, una caída del 43% --la mayor en proporción-- entre 2008 y 2015. Soriano explica que los americanos retornan en su mayoría ante las dificultades y porque en sus países tienen opciones de progresar, algo que difícilmente lograrían los africanos, población que desciende en un 13% con 2.362 personas menos.

“Mientras la economía española estaba en crisis, las economías de muchos de los países europeos y americanos estaban en fase de crecimiento o al menos no tan mal, provocando el retorno de muchos a sus lugares de origen”, comenta José Manuel Aguirre, economista y director comercial de AIS Group.

Por contra, aumenta la población asiática en 653 personas, un 42% más. “Los asiáticos son el menor colectivo en número tradicionalmente y esos ciudadanos, mayoritariamente chinos, se dedican a un nicho de actividad que poco o nada tiene que ver con la construcción, ya que han apostado firmemente por el comercio o los servicios (restauración, peluquerías, panaderías, cafeterías...), subsectores en los que han encontrado facilidades de progresar ante la menor competencia nacional y la predisposición laboral a asumir jornadas eternas de trabajo”, dice Soriano.

“En una o dos décadas, si se consolida el crecimiento y el modelo económico es fuerte la inmigración se reactivará progresivamente, porque dados los bajos índices de natalidad hará falta mano de obra”, revela Soriano.

Se han ido más hombres que mujeres, 13.118 frente a 5.895. La población inmigrante ha dejado de estar tan masculinizada y se acerca al equilibrio, con 44.193 hombres --51%-- frente a 42.919 mujeres. Se han marchado más latinas y europeas que varones de esos países pero en el caso de africanos y asiáticos es al revés. H