Ha pasado un mes desde que se abrió la veda para la temporada de caza en la provincia y son 248 los cazadores que salen al monte con emisoras autorizadas por la delegación provincial de la Federación de Caza de la Comunitat. Una buena acogida de esta nueva medida de seguridad, según valora el presidente de la delegación, Joaquín Cerdá, que se ha visto frenada por la crisis económica. Y es que, como reconoce, “la gente se está dando de alta poco a poco, pero confiamos en alcanzar las 700 emisoras para las que hemos pedido la autorización, con siete frecuencias”.

Los precios de los aparatos oscilan entre los 120 y los 500 euros, “por lo que es lógico que haya personas a quienes no les vaya bien adquirirlas este año”, apuntan desde la delegación de caza. A este dinero se sumarían las tasas que cobra el Gobierno por la tenencia de las emisoras, que se sitúan en torno a los 12 y 15 euros.

CÓMO homologarlas // El cazador puede adquirir las emisoras en cualquier armería o tienda especializada y después tiene que llevarla a un técnico de la delegación de caza para que le busque las frecuencias autorizadas -que son siete- y haga los ajustes pertinentes para poder darla de alta y que la pueda utilizar sin problemas en sus salidas a los cotos.

Desde la Delegación Territorial de Caza insisten en que estos dispositivos se han autorizado este año “por seguridad”, puesto que consideran que “es el aparato más seguro en el monte, ya que los teléfonos móviles puede que no tengan cobertura y con las emisoras se puede pedir ayuda a la Guardia Civil o a los servicios médicos de forma más rápida y sencilla si surgen problemas”.

Son especialmente aconsejadas para las batidas, pero es importante llevarlas en cualquier modalidad de caza para tener localizados a los compañeros y que no se produzcan incidentes, según explican varios de los cazadores consultados, quienes aplauden la medida impulsada desde la delegación. Y es que lo que tienen claro es que cualquier precaución es poca después de las dos muertes de cazadores que se produjeron el año pasado. Uno falleció en Alcudia de Veo durante una batida de jabalíes, cuando al abandonar su puesto uno de los participantes fue confundido con un animal. Otro se produjo al término de una batida en Soneja, al dispararse un arma semiautomática en el interior de un vehículo.

Las emisoras se suman de este modo a un petate ya tocado por la crisis que ha hecho, según las armerías consultadas que “prácticamente no se venda ni una escopeta ni tampoco ropa”. H