Son actores secundarios de lujo que soportan el peso de la película, pero que siempre pasan desapercibidos para el gran público. Las personas que cuidan de un familiar con dependencia cargan con la responsabilidad de siempre estar ahí, de no fallar, día y noche, los 365 días del año. Un trabajo que conlleva una sobrecarga física y emocional y por el que más del 95% no cotiza a la Seguridad Social. Y como no lo hacen tampoco tienen derecho a una pensión de jubilación. Una situación que podría cambiar dentro de muy pocos meses, ya que el Gobierno anuncia que cotizará a la Seguridad Social en nombre de quienes cuidan de un familiar dependiente, recuperando así una medida que el Ejecutivo de Mariano Rajoy eliminó en el 2012. Cuando se apruebe definitivamente, la iniciativa beneficiará a unas 3.500 personas de Castellón, la mayoría mujeres.

Con la entrada en vigor de la ley de dependencia, en enero del 2007, el Estado se hizo cargo de las cotizaciones sociales de los cuidadores no profesionales de las personas dependientes. Aquella inyección económica permitió que en Castellón más de 2.000 personas, en su mayoría mujeres que se habían visto obligadas a abandonar el mercado de trabajo para volcarse en los cuidados de un familiar dependiente, empezaran a contar para la Seguridad Social y a hacer hucha para su futuro. Una situación que duró hasta el 2012, cuando un real decreto ley suprimió la financiación pública de los convenios especiales para los cuidadores no profesionales y el Estado dejó de cotizar por ellas. ¿La principal consecuencia? En muy poco tiempo, la cifra de personas dadas de alta se desplomó hasta el punto de que en la actualidad solo 119 siguen abonando sus cuotas en la provincia, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad.

En Castellón esas 119 personas cotizan como cuidadores no profesionales (en el conjunto de la Comunitat Valenciana la cifra asciende a 817) y eso que hay más de 3.500 dependientes que tienen reconocida la prestación de cuidados en el entorno familiar. Esta ayuda posibilita a sus asistentes (generalmente la mujer, la madre o la hija) recibir una pequeña inyección económica (entre 400 y 500 €) por una dedicación que permite a la persona dependiente mantenerse en su hogar. Y por todas ellas pretende cotizar el Ministerio de Sanidad.

UN COLECTIVO FEMENINO // Pero, ¿cuál es el perfil del cuidador no profesional? ¿Hay más mujeres que hombres? La estadística del Ministerio de Sanidad revela que casi el 90% de los 7.909 cuidadores que siguen dados de alta en España son mujeres y solo 881 son hombres. Además, la inmensa mayoría tiene más de 50 años, lo que demuestra que en el grueso de los casos la atención familiar al dependiente recae sobre la mujer, la hija o la madre.

Pese a que la ley de dependencia considera la prestación al cuidador no profesional como un hecho «excepcional» y es partidaria de otro tipo de medidas como el cuidado profesional o la estancia en una residencia, en Castellón este tipo de ayuda sigue siendo mayoritaria. De hecho, los últimos datos que maneja la Conselleria de Igualdad revelan que en la provincia son algo más de 7.000 las personas beneficiarias. La dependencia crece y lo hace a costa del cuidador familiar. Es, de lejos, el servicio más demandado por quienes optan a las ayudas. Un dato: la mitad de los beneficiarios apuestan por una subvención al cuidador familiar.