Los castellonenses siempre asociarán la imagen del Belén del Hospital Provincial con el de mosén Manuel Carceller, el sacerdote que, durante décadas, ha confeccionado el nacimiento más tradicional de la capital de la Plana. El cura falleció en marzo del 2012. Pero otro de los sacerdotes del hospital, José Manuel Beltrán, ha cogido el testigo y junto a las hermanas de la Consolación se encarga de ponerlo a punto para recibir a los visitantes. Hasta la semana de Reyes, el nacimiento podrá visitarse en horario de 10.30 a 13.00 horas y de 16.30 a 19.30. Para Beltrán es una satisfacción haber retomado la labor de su predecesor, pues fue Mosén Manuel con su cariño e ilusión quien ha hecho que el belén del centro sea tan emblemático para los castellonenses, especialmente para los niños.

800 FIGURAS // El nacimiento lo forman unas 800 figuras. Un centenar está en movimiento gracias a material reciclado como antiguos motores de lavadoras, frigoríficos, máquinas de coser y ruedas de bicicletas. Además de la Virgen María, San José y el Niño Jesú no faltan otras figuras tradicionales como los pastores y los Reyes Magos. Todo enmarcado en un paisaje con riachuelos y montañas que recrea escenas cotidianas de la fecha y el lugar de nacimiento de Jesús, así como diversos pasajes de su vida. Durante la visita pueden contemplarse numerosas fotografías que recuerdan la ilusión y entusiasmo del sacerdote Carceller por su belén.

La tradición del belén se remonta a 1942, cuando la hermana de la Consolación Sor Gabriela instaló un nacimiento en la clínica militar del Provincial con la colaboración de soldados hospitalizados y personal militar y civil del centro. En 1946 recibió por primera vez el premio del concurso de belenes, que en aquella época ascendió a 500 pesetas.

En los primeros años las figuras eran animadas de forma manual por los soldados y la hermana Gabriela, pero con el tiempo se incorporaron mecanismos eléctricos y automatismos para que muchos de los personajes estuvieran en movimiento.

El actual belén todavía conserva algunas de las primeras figuras de barro cocido elaboradas en las cocinas del hospital por los militares hospitalizados. Estas figuras tienen un gran valor y fueron restauradas hace unos años.

En 1971, Carceller empezó a ayudar a Sor Gabriela en el montaje del belén y dos años más tarde, cuando la hermana enfermó, se comprometió a hacerse cargo del belén. H