La Conselleria de Vertebración del Territorio ha autorizado a los taxis de Cabanes, la Pobla Tornesa, Orpesa y Torreblanca a subir viajeros en el aeropuerto de Castellón. Pero esto, que el portavoz de la Asociación de taxistas de Orpesa (que engloba también a la Pobla y Cabanes y suma 14 vehículos), Francisco Cayero, califica de «paso de gigante», no terminará con el conflicto que desde que comenzó a albergar vuelos arrastra el recinto y que el Consell ha tratado de sofocar con varias reuniones con todas las partes.

Y es que, aunque a la Federación del taxi de la provincia le parece «bien» la medida --«no queremos ser egoístas y acaparar», afirma su presidente, José Luis Artola--, se opone a que estos municipios queden englobados en el área de prestación conjunta de la capital de la Plana, precisamente lo que piden los taxistas del entorno del aeropuerto.

Estos argumentan que este área llega hasta Borriol, se interrumpe en la Pobla Tornesa y Cabanes y se vuelve a entrar en ella en Benlloch y Vilanova d’Alcolea, con los consiguientes cambios de tarifa (de urbana a interurbana y de nuevo a aquella) y el encarecimiento del viaje. Además no entienden, señala Cayero, que Cabanes, «que es fronterizo con el aeropuerto», no esté en la misma área de prestación que este.

otro frente // Por si fuera poco, a esta polémica que se arrastra ya más de un año, se ve acrecentada con el papel que adopta el Ayuntamiento de Alcalà-Alcossebre. Aunque sus taxistas habían solicitado que también fuesen autorizados a recoger viajeros en el aeropuerto (muchos de los ingleses que llegan se desplazan hasta esta localidad costera), se han quedado fuera y el consistorio, que se había reunido con el Consell y le había remitido cartas al respecto, prepara «un recurso de alzada» y una moción para el pleno para modificar la orden.