La agricultura en Castellón hace décadas que no gana para sustos. Precios ruinosos, abandono de tierras, nulo relevo generacional... En el sector las buenas noticias no abundan y de eso saben mucho quienes se dedican a cultivar clementinas, que han cerrado una de las peores temporadas en años. Es la cruz del campo. La cara este año la representa el olivar. Con la campaña ya finiquitada, ha ocurrido lo que ya estaba previsto y los precios han dado una alegría, y de las grandes, a un colectivo demasiado acostumbrado a trabajar por debajo de los costes de producción.

Según el Sistema de Información de Precios en Origen del Aceite de Oliva, Poolred, las cotizaciones se acercan a los 4 euros por kilo, unos valores que no se alcanzaban desde hace más de diez años. En concreto, y en la última semana, el virgen extra cotiza a 3,83. El virgen se sitúa a un precio medio de 3,74 mientras que el lampante (necesita refinarse para su consumo) está a 3,74. «Sin duda son unos precios muy buenos, los mejores de los últimos quince años, y permiten al productor trabajar por encima de costes», apunta Miguel Abad, presidente de Oliespal, que aglutina a ocho cooperativas asociadas del Alto Palancia.

Esta temporada hay precio pero el problema es que no hay aceite. Es la pega. «La escalada de las cotizaciones se debe, fundamentalmente, a la escasez de la producción. En el Alto Palancia la merma de la cosecha se cifra en un 70% y en el conjunto de la Comunitat la situación es prácticamete la misma. En Cataluña, Aragón y Andalucía también hay un descenso importantísimo de producción», describe Abad.

El sector, que en Castellón aglutina a unos 10.000 productores de aceitunas, no prevé de momento que los precios desciendan. Al contrario, la perspectiva es que se mantengan altos durante los próximos meses, debido a que la producción parece que va a ser incluso inferior a la esperada. En Castellón ha rondado las 9.000 toneladas. En Espara será de 1,3 millones de toneladas frente a unas previsiones iniciales de 1,4 millones.

Si este año la cosecha ha ido a la baja, todo apunta a que durante la próxima campaña las cosas van a ser muy distintas. «Hasta la fecha las previsiones son muy optimistas, ya que hemos tenido un otoño con lluvia abundante», explica el presidente de Oliespal, una entidad cuyo aceite se consume mayoritariamente en la Comunitat valenciana, aunque también exporta a países como Francia y Alemania. «La próxima cosecha será buena, aunque habrá que esperar a ver cómo evolucionan los precios», añade.