La Conselleria de Medio Ambiente ha aprobado un programa de actuaciones para el control del mejillón cebra en la Comunitat Valenciana. Se trata de una de las especies invasoras más dañinas del mundo, sobre todo porque causa importantes impactos económicos en las infraestructuras hídricas. La zona de la Comunitat donde mayor concentración alcanza, y una de las mayores de España, es el embalse castellonense de Sitjar, como ya anunció Mediterráneo.

Las medidas que pondrán en marcha desde el Consell van encaminadas a controlar la expansión y los daños que pudiera provocar el molusco a los ecosistemas naturales y a las especies amenazadas de las aguas continentales, ya que es esta la competencia de la Conselleria, y no las infraestructuras hídricas de los embalses gestionadas por las confederaciones hidrográficas.

PLAN DE CONTROL El primer paso será la elaboración de un plan de control de la expansión de la especie, para la detección y seguimiento de las poblaciones en las zonas ya existentes, así como su llegada a otras nuevas. Recordar que se trata del molusco más prolífico del mundo, con más de un millón de huevos por hembra y año, y que tal como indica el biólogo del CSIC, Rafael Araújo, "en nuestras cuencas se encuentra en fase explosiva".

Va a establecerse un protocolo de muestreo para la localización de larvas y de adultos, que se llevará a cabo en todas las masas de agua naturales del territorio de la Comunitat, especialmente en las incluidas en el Catálogo Valenciano de Zonas Húmedas y en los lugares que se denominan de importancia comunitaria.

Dentro de esas campañas de muestreo, se priorizará el seguimiento en aquellos lugares que alberguen poblaciones de especies acuáticas incluidas en el catálogo valenciano de fauna amenazada o fauna autóctona.

Otra de las medidas es la regulación de la pesca deportiva y las condiciones de navegación. Así, queda prohibida la pesca en todas las masas de agua en las que la confederación hidrográfica correspondiente no permita tampoco ningún tipo de navegación.

También queda prohibido el empleo de cebo vivo de cualquier especie acuática y el traslado de especies de pez, salvo las repoblaciones contempladas en planes técnicos de pesca.

Otra línea de trabajo será la colaboración con las distintas confederaciones hidrográficas afectadas, de manera que se compartan medios e información para diseñar y ejecutar acciones conjuntas de detección, de control o de erradicación.

Asimismo, se abrirán líneas de colaboración con asociaciones de pescadores y otras entidades dentro del mundo piscícola.