El Gobierno, a través de Adif Alta Velocidad, acaba de licitar un contrato por el que evaluará, durante un año, los cambiadores de vía que han de permitir traer el AVE a Castellón. En un tramo que es el primero de España de tal longitud con el tercer carril, y con los problemas que ha tenido que superar durante las obras y en el actual periodo de pruebas, la conclusión es clara: el organismo no las tiene todas consigo y quiere realizar un seguimiento exhaustivo del funcionamiento de estos cambiadores de vía con doble ancho, unos elementos altamente complejos y novedosos.

De hecho, en el pliego de prescripciones técnicas del contrato consta cómo uno de los objetos del mismo la «asistencia técnica y supervisión para el control del correcto funcionamiento en vía de los aparatos mixtos». El contrato también prevé el «seguimiento e implantación en vía de mejoras en los desvíos» y el suministro de componentes para ello. Pero, en el apartado de presupuesto solo se prevén 50.000 euros, de los 640.000 por que ha salido a concurso el contrato, para el suministro de componentes. El resto va a parar a pagar los salarios de los técnicos expertos en el control de estos aparatos y a la realización de informes sobre el funcionamiento de los mismos.

Los plazos que aparecen en la publicación del Boletín Oficial del Estado (BOE) fijan hasta el 29 de diciembre la presentación de las ofertas, cuyos sobres económicos se abrirán el 11 de enero. Tras ello todavía se debe realizar el informe de adjudicación y finalmente proceder a la firma del contrato, por lo que no será hasta primavera, aproximadamente, cuando se conozca la empresa adjudicataria. Con ello, los trabajos deberían iniciarse cuando el AVE ya haya llegado a Castellón, pero desde Adif no fueron ayer capaces de concretar una fecha.