Los últimos convoyes del Ejército español desplegado en Afganistán tomaron ayer tierra firme en el puerto de Castellón, donde llegaron un total de 85 vehículos pesados, valorados en unos 59 millones de euros y que transportaba el buque Jolly Vanadio de la naviera Línea Messina, cuyo agente en España es Gimeno Marítimo.

Se trata de un repliegue de material con el que finaliza la presencia española en la zona, después de que las tropas regresaran hace un mes a la base de Torrejón de Ardoz (Madrid).

La operación de descarga, que cuenta con fuertes medidas de seguridad, se prolongará durante 48 horas en el Grao. La Policía Portuaria, la Guardia Civil y el Ejército de Tierra han colaborado estrechamente en el desarrollo del desembarco del material.

Una vez finalizado, todos los convoyes se dirigirán a la base de Paterna, por carretera y escoltados por un importante despliegue de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, para pasar las pertinentes inspecciones y ser redistribuidos por toda España con destino a las Unidades de la Fuerza del Ejército y las distintas bases.

50 militares // Un total de 50 militares han participado en el traslado de los vehículos por mar, las maniobras de descarga en el puerto de la capital de la Plana, con la ayuda de la Policía Portuaria y la Benemérita, y su posterior marcha a las instalaciones de Paterna.

La travesía, que partió del puerto de Jabel Ali (Dubái), ha tenido una duración de 24 días, según explicó el comandante José Andrés Sánchez Muñoz, quien incidió en que quedan “muy pocos hombres en Kabul”.

“Hemos descargado el material en Castellón porque es la parada oficial que realiza la naviera Línea Messina”, argumentó el comandante. Y es que el puerto de Castellón se ha consolidado como una conexión estratégica con los países de Oriente Medio.

Sánchez Muñoz relató que las cargas transportadas por el Ejército español desde Afganistán pueden dividirse en material crítico, esencial y no esencial. La primera de las categorías, la más sensible, abarca el armamento, que ya se transportó por medio de vuelos directos hasta la base de Torrejón. El considerado material esencial es, precisamente, el que llegó ayer al Grao de Castellón, y que se ha transportado por aire y por mar.

Por último, los objetos no esenciales, tales como tiendas de campaña, mesas y demás enseres de las tropas españolas desplegadas, llegan por vía terrestre.

“En la última operación en Afganistán, que ha llevado por nombre RSM y comenzó el pasado 1 de enero, han participado cerca de 400 hombres”, incidió el comandante, quien confirmó que ningún soldado desembarcaba en Castellón y que únicamente lo hacía la flota.

Unos vehículos que tienen un coste aproximado de 700.000 euros cada uno de ellos y que cuentan con la tecnología más avanzada en materia de seguridad. Están preparados, entre otras cosas, para atravesar territorios en los que pueden estallar minas antipersona.

Por su parte, el presidente del puerto de Castellón, Francisco Toledo, se mostró “muy orgulloso” de que una operación “de esta importancia y complejidad” pudiera realizarse en el Grao, que cuenta con un puerto “de lo más competitivo”. “Contamos con las instalaciones y Línea Messina con la calidad del servicio y unas tarifas muy interesantes”, expresó Toledo, quien recordó que no es la primera vez que se desarrolla en Castellón una actuación de esta índole y que esperan “poder volver a acoger en un futuro”. H