Nuevas caras, viejos problemas. La rectora electa de la Universitat Jaume I (UJI), Eva Alcón, arrancó ayer al president de la Generalitat, Ximo Puig, de nuevo, la promesa de «generar un marco estable de financiación para la UJI y el sistema universitario valenciano en particular, y la Comunitat en general, más justo», en una primera reunión «de toma de contacto» a 24 horas de la proclamación oficial de los miembros del claustro y de la nueva rectora de la UJI tras las elecciones.

Puig reiteró la «voluntad absoluta de cooperación del Consell con la Jaume I», aunque no marcó plazos, más allá de «en los próximos meses». Es lo mismo que dijo, acompañado del conseller de Educación, Vicent Marzà, en el foro bilateral que reunió a los cinco rectores en Morella en febrero, en el que anunciaron cambios en la financiación de las universidades, en un primer paso que no ha tenido un segundo.

Puig dijo «tener claro» que «el marco financiero de las universidades es complicado». «Queremos que lo que pedimos al Gobierno podamos ser capaces de darlo a las universidades; esto es, un marco financiero estable y justo y que dé respuesta a las necesidades del sistema universitario valenciano», dijo.

Y confió en esta «nueva etapa, con la primera rectora al frente de la institución», a la que el president conoce bien, pues la fichó como número 2 por Castellón en la bancada del PSPV-PSOE en Les Corts Valencianes, donde fue la delegada de Educación hasta abril del 2016, cuando dejó su escaño para volver a su cátedra de Lengua Inglesa. Eva Alcón explicó que la cita de ayer en Castellón fue a iniciativa del jefe del Consell, «una muestra de su compromiso».

MÁS PERSONAL FIJO //

La rectora recordó a Puig una vez más que ese marco económico urge, lo mismo que «consolidar el ámbito de Salud, no solo en lo que respecta al edificio», sino, sobre todo, a «estabilizar la plantilla con profesorado propio, vinculado», que combine docencia e investigación, para «afianzar unos estudios que son clave para Castellón».

Y le avanzó que no solo van «a acudir a la Generalitat para pedir dinero, sino con proyectos», que quieren «trasladar en una futura reunión a la Conselleria de Educación para ir priorizando las actuaciones de los próximos años». Entre ellas, además de la plantilla de Salud y la financiación, otras herencias de la era Climent: el mapa de titulaciones, que lleva dos cursos en agenda, y que es uno de los ejes del programa de Alcón hasta el 2022, que «hay que revisar, no solo en la UJI sino en el sistema valenciano, con margen para avanzar».

El otro es ver «cómo Educación ayuda en la dotación al estudiantado de la capacitación lingüística que les sirva cara a la empleabilidad», en la línea de las competencias transversales que propone en su programa Per l’UJI y con el requisito lingüístico sin activar de fondo por el veto del Consell Social.

El clima es de «colaboración» y de «trabajo en común», coincidieron. «Ambos somos una administración pública, y tenemos la voluntad de servicio», dijo Alcón.

«En los próximos meses iremos avanzando», con el trasfondo de «esta nueva etapa, muy positiva para la UJI», señaló Puig, tras «agradecer» el trabajo de «un gran rector», como ha sido Vicent Climent, que ha reivindicado por activa y pasiva esa financiación que necesita una UJI en crecimiento, con nuevos estudios, y que se ha visto lastrada por los recortes desde el 2012, sin conseguirlo.