Aunque entienden los motivos del parón, los alcaldes no se resignan

Ambulatorios como el de Peñíscola, Orpesa o Alcalà se han paralizado

En la primavera del 2003 Eduardo Zaplana anunció a bombo y platillo que la Vall d’Uixó iba a tener un hospital. Y lo iba a tener pronto. Desde aquellas palabras, pronunciadas en plena campaña electoral, han pasado diez años y la Vall sigue sin su centro hospitalario. No está, ni tampoco se le espera, al menos a corto y medio plazo, porque la crisis primero y los ajustes presupuestarios después han paralizado sine die al menos una decena de infraestructuras sanitarias en la provincia. Juntas suman una inversión cercana a los 35 millones de euros, un dinero que la Generalitat valenciana ahora mismo es incapaz de asumir. Hospitales y centros de salud tendrán, pues, que esperar a que escampe.

En la Vall d’Uixó lo único que queda de aquella promesa del 2003 es una enorme pancarta junto a los terrenos donde iba a construirse el edificio y que en su día costó casi 55.000 euros. Hay cartel y también maqueta. La presentó Francisco Camps en marzo del 2011 y también dijo que el centro, que iba a atender a 35.000 personas y cuyo presupuesto ascendía inicialmente a 20 millones de euros (poco a poco la inversión fue menguando hasta quedarse en 8 millones) dispondría de 80 camas. Pero la que durante años fue la promesa electoral estrella del Consell en la Vall d’Uixó se ha ido diluyendo conforme avanzaba la crisis y desde hace un par de años ni siquiera cuenta con una consignación presupuestaria.

La zona sur de Castellón no tendrá (al menos de momento) nuevo hospital como tampoco lo tendrá Peñíscola. Anunciado hace nueve años, el proyecto del hospital socio-sanitario de la ciudad del Papa Luna nació con el objetivo de atender a pacientes de media y larga estancia y complementar la oferta del hospital La Magdalena de Castellón. Aunque al principio el Consell le dotó de partida presupuestaria, a partir del 2008 el centro de Peñíscola acabó por esfumarse de las cuentas de la Conselleria de Sanitat.

AMBULATORIOS ‘SINE DIE’ // Peñíscola tiene pendiente su hospital, pero también un nuevo centro de salud. Y esta última infraestructura es una reivindicación histórica del municipio. El actual ambulatorio, que durante el verano presta servicio a miles y miles de turistas, data de mediados del siglo pasado y en el Ayuntamiento siempre han considerado vital la construcción de un centro de salud más grande, moderno y más acorde con las necesidades de los usuarios. Pero el proyecto también tendrá que esperar. Hace tan solo unas semanas Sanitat frenó por enésima vez una obra presupuestada en casi 3 millones de euros, aunque anunció que volverá a retomarla a finales de este año o principios del 2014, eso sí, siempre que haya liquidez.

A unos quince kilómetros más al norte, en Vinaròs, también sigue pendiente la construcción de un nuevo ambulatorio. El centro acumula un retraso de más de seis años (el exgobierno local socialista y el Consell discreparon durante meses por un aparcamiento) y todo indica que la obra va para largo, ya que este año ni siquiera aparece en los presupuestos de Sanitat. No es el único. Tampoco aparecen los ambulatorios de Alcalà de Xivert, Orpesa o la Pobla de Benifassà, que también forman parte de la lista de promesas del Consell.

Mucha mejor suerte tiene el centro de salud de Onda. Es la única infraestuctura sanitaria de la provincia que se salva de los recortes y el inicio de las obras parece inminente. También acumula varios años de retraso, pero Sanitat lo ha dotado para este año de una partida de 1,4 millones de euros y, el resto, 289.050 euros, se hará efectivo en 2014 con lo que es muy probable que los vecinos de esta localidad cuenten con un segundo centro de salud a lo largo del próximo año.

EL DE la UJI va PARA LARGO // Lo que también parece que va para largo es el nuevo ambulatorio del Raval Universitari de la UJI, en la capital. Fue una promesa de Alberto Fabra cuando era alcalde de Castellón, aunque el actual Consell ha aplazado la construcción de la nueva infraestructura hasta que pase la crisis. De momento, los vecinos de la zona están atendidos en un consultorio provisional remodelado por el Ayuntamiento y cuyo alquiler expira en el año 2016.

Aunque la mayoría de alcaldes entienden (que no comparten) la paralización de las obras, muchos continúan reivindicando unas infraestructuras que consideran básicas para sus vecinos y no se resignan a darlas por perdidas. Mucho más críticos son desde la oposición, que llevan años denunciado que el Consell ha incumplido una a una sus promesas electorales. “Algunas de las obras ahora paralizadas, como el hospital de la Vall, se anunciaron mucho antes de la crisis económica con lo que no hay excusa posible. Son todo compromisos que en su día adquirió el Consell y si uno falta a sus compromisos está engañando y cometiendo un fraude”, argumenta Ignacio Subías, diputado por Castellón y portavoz de Sanidad del PSPV. H