Momentos de tensión los que se vivieron ayer en Burriana. El Centro Cultural la Mercé centralizaba los actos de Halloween con un Pasaje del terror, y unas 600 personas se agolparon a su entrada para acceder al recinto. Y fue en el momento en el que se abrieron las puertas, cuando una avalancha, con muchas personas en la cola desde hacía dos horas, se abalanzaron para entrar los primeros, lo que obligó a intervenir a una decena de agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil.

Eran las siete de la tarde. Faltaba una hora para el primer pase, y todos querían una entrada para el Pasaje del terror. Entre los asistentes, muchos niños y sus padres. Y al abrir la puerta empezaron los empujones, los gritos y la aglomeración, hasta el extremo de que el conserje tuvo que resguardarse. “Fue una marabunta. Había muchos chavales, que se esperaban desde la salida del cole, y a algunos tuvieron que sacarles para evitar males mayores”, explica una madre. “Y hubo gente que quería colarse, lo que generó más tensión”, concretó.

Fue entonces cuando la policía intervino y tuvo que pedir refuerzos, llegando efectivos de la Guardia Civil e incluso de la Guardia Rural, que intervinieron, llamando al orden con megáfonos e instando a todos a ordenar una cola contra la pared. Tres niños acabaron con sangre en la nariz, pero la cosa no pasó a mayores. El edil de Cultura, Quique Safont, reconoció que hubo “aglomeración”, y que los problemas “terminaron al repartir las entradas”. H