El primer trayecto en AVE entre Castellón y Madrid no pudo tener peor estreno. Una avería en uno de los ocho motores de un cambiador de vía del trayecto motivó que el servicio tuviera que parar en la estación de Sagunto, donde estuvo estacionado 22 minutos. Aunque la avería se solucionó de forma rápida, según informó la web de Adif e indicaron fuentes de Fomento, el tren, al ser un servicio especial, tuvo que dejar pasar a varios convoyes de Cercanías, lo que prolongó su impasse.

Esta parada afectó a tres servicios de Cercanías, que vieron cómo se retrasaba su trayecto.

Tras ello, todos los partidos de la oposición criticaron la «imagen esperpéntica», en palabras del secretario general del PSPV en la provincia, Ernest Blanch, y el «ridículo», como señalaron el senador de Compromís, Carles Mulet, y el portavoz de Castelló en Moviment, Xavi del Señor. Ninguna de estas dos formaciones tuvo representación en el acto protocolario de ayer. Y es que ambas consideran que el nuevo servicio de AVE perjudicará a los Cercanías. Por ello, la diputada nacional de Compromís, Marta Sorlí, calificó el retraso del AVE de ayer de «justicia poética».

También desde los sindicatos ferroviarios consideran que habrá nuevas afecciones. El portavoz de la Plataforma en defensa del ferrocarril, Juan Ramón Ferrandis, afirma que con las nuevas obras del tercer carril «probablemente habrá una supresión de los servicios del 50%».

Desde Ciudadanos, la diputada nacional Sandra Julià afirmó ayer que el suceso «es solo un mal augurio de lo que está por venir». Y Sorlí resaltó que Rajoy pudo vivir en primera persona «lo que padecen a diario los usuarios de los Cercanías». Por su parte, Blanch afirma que el incidente de ayer es «el colofón a seis años de chapuza tras chapuza» y del Señor resaltó que el AVE «no responde a las necesidades» de la gente.