Las empresas azulejeras están inmersas en un proceso de ajuste de sus sistemas de funcionamiento para ahorrar costes y adaptarse al nuevo nivel de demanda de los mercados, una situación que para muchos expertos solo es la antesala de la reestructuración que las firmas deberán hacer sobre el actual sistema de gestión del trabajo.

De momento, la primera medida que han aplicado el grueso de las marcas ha sido la agrupación del trabajo de fabricación en menos hornos, lo que ha obligado a las empresas a poner las instalaciones que han quedado operativas a pleno rendimiento. Esta situación, tal y como han reconocido los sindicatos UGT y CCOO a Mediterráneo, está llevando a que las compañías apuesten masivamente por el sistema conocido como turno inglés, un ciclo de 28 días que alterna siete jornadas de trabajo nocturno, dos de descanso, siete de trabajo por la tarde, dos más de descanso, cinco de mañana y cinco de descanso. También está más vigente que nunca otro sistema que pasa por trabajar 21 días seguidos y descansar una semana.

La decisión ya causa malestar en algunas organizaciones sindicales, que critican esta opción porque "eliminan las vacaciones de Navidad, genera un aumento de las horas extra y porque dificulta la compaginación de la vida familiar y laboral, además de que va en detrimento de la calidad final del producto, porque el rendimiento del trabajador no es igual en el turno de la mañana que en el de la noche".

TENDENCIA Aun así, el propio secretario general de CCOO-Fecoma, Vicente Nebot, reconoce que la medida, "que antes solo afectaba a los trabajadores de los hornos, se está extendiendo a todo el personal del área de fabricación". Como contrapartida, las empresas defienden esta solución como vía para ser más eficientes a la hora de producir, lo que redunda en un ahorro de costes, en un momento como ahora de desaceleración, y ayudará a evitar despidos.

Los expertos consultados por Mediterráneo recomiendan ir más allá. Para el director de Pauta Consultores. RRHH y Organización, Santiago Monfort, "no hay que confundir medidas de ajuste con estrategias para mejorar la productividad". "Es necesario trabajar en otro paradigma de gestión que nos permita ser más eficientes" y subraya que "mejorar la calidad de los procesos de trabajo genera una menor cantidad de errores y de productos defectuosos, acortando el tiempo de producción, reduciendo el consumo de recursos y disminuyendo los costes".

CONCEPTOS BÁSICOS Pauta Consultores opina que, hasta la fecha, "el sector se podía permitir el lujo de asumir costes y errores productivos, porque la demanda era muy alta, pero la situación ha cambiado". Por eso, es "básica" una buena política de compras, "que no pasa por ahorrar dinero, sino por controlar las materias primas, para garantizar que el producto utilizado va a aportar el mismo calibre y tonalidad". También se deben reducir las mermas en la producción y gestionar mejor el catálogo, porque "solo el 20% de las propuestas son rentables", mientras que ahora hay firmas con "8 millones de m en estoc, unos costes financieros que son insoportables". Por último, falta mejorar comercialización y distribución, y apostar por el márketing. "Hay que aportar valor, y ajustar productividad y precio".

Por su parte, Eduardo Navarro, de Improven, se suma a estas ideas y aboga por incentivar el trabajo de los profesionales, tanto comerciales como de fabricación, "como ocurre en todos los sectores", opción que algunas firmas han comenzado a aplicar de manera individual.