Los técnicos del Ayuntamiento de Castellón y de la Conselleria de Infraestructuras han mantenido en las últimas semanas varias reuniones para consensuar el texto del régimen urbanístico transitorio que tutelará el urbanismo de la capital hasta que entre en vigor el próximo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

El objetivo, según ha explicado a Mediterráneo el alcalde, Alfonso Bataller, es que el documento final nazca del “consenso” con la Conselleria de Isabel Bonig “para que no haya reparos técnicos cuando lo aprueben y para que la contestación a las alegaciones sea coordinada”. De hecho, un grupo de técnicos de ambas partes se reunieron el pasado martes para analizar el dictamen en ciernes.

El nuevo régimen transitorio evitará que el consistorio se vea obligado a aplicar el PGOU de 1984, totalmente obsoleto por el tiempo transcurrido y la evidente transformación que ha sufrido Castellón desde entonces.

El documento está en fase de redacción y debe emitirlo la Generalitat. El pleno municipal aprobó en junio pedir al Consell esa regulación provisional, que mantendrá intactos los vigentes planes especiales de la Marjaleria, de la universidad y del puerto.

Bataller explicó que la intención es someter el texto final del régimen transitorio a un periodo de alegaciones ciudadanas y contestarlas con la mayor celeridad posible para que el documento definitivo “entre en vigor a finales de año”, concretó.

DOS AÑOS // Lo más probable es que la tramitación del nuevo PGOU se prolongue durante los próximos dos años. En ese período el Ayuntamiento no podrá aprobar modificaciones puntuales del planeamiento. Pese a que radio de acción del urbanismo de la capital estará muy limitado, la crisis inmobiliaria disminuirá el impacto económico del parón. El régimen urbanístico transitorio será el segundo que esté en vigor en los últimos años. El Consell ya activó otro en noviembre del 2012 a raíz de la primera anulación judicial del PGOU. H