¿Belén o Árbol de Navidad? Ambas, dos tradiciones navideñas que se remontan años atrás y a las que con el espíritu navideño invadiéndonos, pocos nos resistimos. No obstante, no todo el mundo decide poner ambos elementos en sus casas, no se sabe el porqué pero, al igual que un Barça-Madrid, siempre hay preferencia por uno de los dos. Actualmente, estos ya no implican únicamente motivos religiosos, sino también las diversas costumbres de cada casa y el espacio del que se dispone.

El árbol de navidad llegó en los años 70 a nuestro país, importada por los estadounidenses y de origen germano, esta tendencia navideña triunfa en más del 50% de las casas españolas. Se decora con bolas de colores, guirnaldas y en ocasiones chocolates varios y, en la punta, se pone una estrella. La noche de Reyes, los regalos se dejan debajo de este durante la noche, para que, a la mañana siguiente, los niños los encuentren y los abran.

Algunos pros a la hora de poner este elemento navideño, es que de un año para el otro se reutiliza, no supone un gran esfuerzo montarlo, decora la casa y le da un toque de sofisticación. Asimismo, como no está sujeto estrictamente a una creencia religiosa, el momento de montar el árbol suele ser tradición en muchos hogares, es divertido, entretenido y familiar.

Por otra parte, uno de los aspectos que ha aumentado notablemente la puesta de árboles de navidad en las casas es la tradición estadounidense. Las 'americanadas' como así las llamamos, típicas que nos han llegado de las películas estadounidenses, muestran la Navidad como un momento mágico, bonito, decorado y como no, con un árbol en medio del salón que rebosa de bolas y luces.

Con todo esto arraigado y a lo largo de los años, poco a poco en España y algunos otros países se ha ido acogiendo esta costumbre de plantar un árbol decorado en el comedor de casa durante 30 días.

El Belén, también conocido como pesebre, nacimiento o portal, conmemora el nacimiento de Jesucristo y consiste en que a través de figuritas, se represente este momento descrito en la Biblia. Hay mil formas de recrearlos y pueden ser muy diferentes: bíblicos, modernos, en parajes abiertos, cerrados, vivientes o tradicionales entre muchas otras maneras. Pese a que normalmente se hace con la finalidad de mostrar la llegada al mundo del Niño Jesús, en la actualidad, hay variantes en las que se crea la escena con materiales y elementos de arte contemporáneo (telas, botellas, plásticos...) que no muestran este momento en concreto.

Asimismo, la popularidad de la actividad va mucho más ligada a una creencia religiosa como es el cristianismo lo que hace que en la actualidad no sea tan típico en las familias montar el Belén si no son creyentes.

Pese a todo, la tradición sigue triunfando y con más de 800 años no ha sido desbancada por el árbol ni mucho menos y viviendo gracias a la gente en sus casas. También, año tras año, son más frecuentes las Asociaciones Belenísticas que lucen con sus representaciones típicas, grandes y diferentes los pueblos y ciudades del país.

El Belén y el Árbol. Ambas tradiciones y muy populares, triunfan, ahora bien, cada uno es quien elige poner uno, poner otro o poner los dos en sus casas para pasar la Navidad de un modo más tradicional o más moderna.