La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, que ayer reunió por primera vez a la dirección del partido surgida del último congreso, de la que forman parte los castellonenses Héctor Folgado y Rubén Ibáñez, centra cada vez más el foco de su estrategia para desgastar al Consell del Pacte del Botànic en la gestión del conseller de Educación, Vicent Marzà.

Bonig dijo que el president de la Generalitat, Ximo Puig, demuestra que «debajo de esa careta de hombre de Estado y que intenta integrar es una persona profundamente radical» al apoyar a Marzà.

Insistió en culpar al Consell de restar libertad a los padres para elegir la educación de sus hijos, y criticó que se hayan suprimido 31 conciertos «que afectan a 250.000 familias» en la Comunitat.

Ofreció una vez más a Puig la colaboración del PPCV para «detener la falta de libertad que sufren los valencianos», para añadir que «no sabemos si es rehén de Compromís o se siente a gusto con su radicalidad». Por otra parte, Isabel Bonig pidió más presencia del Gobierno central en la Comunitat «para explicar lo que está haciendo aquí», tras decir que entiende la percepción negativa de las inversiones.