La Asociación en Defensa de las Tradiciones de Bous al Carrer de la Comunitat y la Agrupació de Penyes i Comissions Taurines de les Terres de l’Ebre firmaron ayer en Castellón un convenio de colaboración «para afrontar unidos tiempos difíciles para la fiesta», en palabras de Julio Franch, presidente de la Asociación en Defensa de las Tradiciones de Bous al Carrer. La rúbrica tuvo lugar en la plaza de toros de la avenida de Pérez Galdós, en el marco de la asamblea anual del colectivo que este año (en noviembre) cumple 25 años.

Puntualizando que en Castellón no hay ninguna prohibición al respecto y que es una de las provincias más taurinas de la Comunitat, con exhibiciones al alza año tras año (en el 2016 fueron 4.688), Franch recordó que se están prohibiendo festejos en otros municipios valencianos, como Agost, Pedreguer o Godella (sobre todo embolados, encajonados o bous en corda) y que en Catalunya se está trabajando en una ley contra los correbous. «Con los aficionados de les Terres de l’Ebre ya colaboramos hace tiempo, pero ahora lo hemos hecho oficial, porque tenemos que ayudarnos entre los aficionados».

‘NO’ AL VETERINARIO

Al margen de este acuerdo con la afición vecina, en la asamblea se informó a los socios de las proposiciones que la Asociación en Defensa de las Tradiciones de Bous al Carrer de la Comunitat ha presentado a la comisión consultiva de la Generalitat. Entre ellas, Franch destaca el «no unánime de los aficionados» a que en las exhibiciones sea necesaria la presencia de un veterinario. «Creemos que es un gasto innecesario que solo gravaría la fiesta por el desembolso de contratar el servicio», explica.

También exponen ante la Administración autonómica que las emboladas «continúen como hasta ahora», sin cambios; en alusión a una posible modificación en la que se trabajaría, referente a la situación legal de los emboladores. Además, solicitan que sea el técnico el que valore y autorice los elementos de divertimento en cada festejo, y no el director como ahora. «El reglamento se presta a interpretaciones, por lo que pensamos que lo mejor es que sea el técnico el que autorice estos elementos», reconoce Franch.

En sus demandas, piden que, en el caso de que se modifique algún elemento de seguridad como barreras o cadafals, que toda la infraestructura actual sea válida. Otra de sus propuestas es que, cuando se celebre una desencajonada de un cerril, se obligue a anclar de algún modo el cajón, para mejor seguridad del aficionado. Por último, reclaman eliminar burocracia y poder tramitar una sola guía (permiso para que circule el animal) que sea válida desde el origen al matadero, y con unos ocho días de vigencia.