Aunque no ha helado, que era el principal temor antes del temporal, el campo castellonense es consciente de que no saldrá indemne del temporal. Y es que la gran cantidad de agua caída es el gran peligro, sobre todo para los cítricos, confirman José Ramón Urbán, de la Unió, y Guillermo Edo, gerente de la cooperativa Benihort, en Benicarló.

Según Urbán, este episodio de intensa lluvia en el litoral es «lo que faltaba para el duro». Y es que, tras perder la mitad de la cosecha de clemenules que había en el árbol en diciembre por el pixat, ahora temen que las variedades que todavía están en el árbol también se vean afectadas por esta enfermedad que estropea la piel.

Por ello, la Unió de Llauradors ya se apresuró ayer a solicitar la aplicación de medidas que palíen los daños en una campaña nefasta para los cítricos. De hecho, las organizaciones agrarias, así como los comercios y cooperativas, tendrán la oportunidad de exponer sus demandas a la Conselleria de Agricultura en una reunión a la que acudirá todo el sector el próximo martes. Aunque también se hablará de hortalizas, el foco principal estará puesto en la citricultura.

Eso sí, para los diversos cultivos de secano, el agua y la nieve son toda una bendición.