A la luz de los datos que arroja una encuesta de CeiMigra sobre cómo viven los castellonenses la relación con sus vecinos de origen extranjero y de las conclusiones que maneja el Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI) de la Universitat Jaume I, se deduce que la "sociedad castellonense ha acogido bien el boom migratorio, que se ha producido de forma muy rápida", según señala la técnica del OPI, Mar Valero.

Valero añade que "el grado de integración es muy alto y lo que la mayoría de los inmigrantes nos dice es que no experimentan rechazo, ni actitudes racistas". La técnica del OPI matiza, que "una cosa es la convivencia en el día a día, que es, en general, positiva, y otra es cuando se conoce un delito cometido por un extranjero, momento en el que se tiende a generalizar, y también a olvidar que también los autóctonos los cometen".

La principal conclusión del estudio realizado por CeiMigra en la capital de la provincia pasa por que la mayoría de los vecinos vive el fenómeno de la inmigración con normalidad.

El informe, de los investigadores Javier Soriano y Paqui Tercero, titulado Oportunidades de integración entre las personas españolas y extranjeras en la ciudad de Castellón, apunta que "la situación actual es relativamente apacible, con una integración que va produciéndose de forma natural, en unos ámbitos con mayor fluidez, que en otros, pero afrontamos unos años cruciales para comprobar si la nueva sociedad que estamos construyendo, teóricamente marcada por el mestizaje de culturas, es foco de conflictos o, por el contrario, se convierte en ejemplo de convivencia multicultural".