Castellón se afianza como destino gastronómico para el turista y, en esta recta final del verano, cuenta con un bar por cada 300 habitantes, según los últimos datos de este agosto facilitados por la Agencia Valenciana de Turismo de la Generalitat.

Son un total de 1.778 restaurantes, de mar y montaña, repartidos por toda la geografía, con liderazgo en Castellón (385), Peñíscola (133), Vinaròs (94), Benicarló (91), Vila-real (88), Orpesa (87), Burriana (85), Benicàssim (75), Alcalà de Xivert (69), Nules y la Vall d’Uixó (ambos con 51 cada uno), Onda (41), l’Alcora (37) y Almassora (34). Le siguen algo más de lejos Segorbe (28), Moncofa (22), Morella (21) y Torreblanca (20).

Si bien la hostelería es uno de los negocios con más aperturas, no todos sobreviven y la criba ha hecho que al final queden aquellos establecimientos que apuestan por un producto de mayor calidad; la modernidad y los clásicos innovadores tanto en la comida como en los establecimientos --con encanto. De hecho, desde enero el balance es negativo, puesto que Castellón ha perdido un centenar de negocios de restauración: de 1.890 a 1.778.

DESPUNTAN

Con todo, el director de la Escuela de Hostelería, Manuel Martín, explica que “Castellón se está afianzando en el turismo gastronómico. Su Congreso de Gastronomía y Castellón Ruta de Sabor, además, le van muy bien para darse a conocer”. “Aunque la oferta no es tanto de élite --salvo el chef estrella Michelín Miguel Barrera y algunos puntuales--, en general, contamos con una cocina tradicional consolidada que innova; y un boom de tapas de calidad y carnes exquisitas”, añade. Y cita como focos que despuntan desde el interior, con Segorbe y Morella, o Aín y Eslida; hasta el litoral, con Peñíscola, Benicàssim, Orpesa o Moncofa, entre otros”.

Martín, quien ha analizado la influencia de la gastronomía en la atracción de más visitantes a un destino turístico, está convencido de que será estratégico para Castellón. “Cada vez más, el restaurante cuida, además de los platos, fundamental, crear un ambiente agradable y atractivo; y Castellón tiene playas y montañas con encanto”, concluye.