El viento huracanado de 135 km/h y la tromba de agua que descargó en la madrugada de ayer en la Plana Baixa causó daños significativos en Castellón y Benicàssim, y dio paso a un día soleado.

Ramas caídas, árboles arrancados, ventanas rotas, persianas destrozadas e inundaciones son algunas de las consecuencias del temporal eléctrico. El granizo, que ya cayó el viernes en Llucena, Jérica y Vistabella, dejó las terrazas cubiertas de hielo en Benicàssim. Una imagen que no dudaron el retratar los vecinos, que no recordaban una granizada así “desde hacía muchos años”.

La fuerte carga eléctrica del temporal hizo que los rayos y truenos fueran una constante a medianoche, cuando se desataron las fuertes lluvias y en el Grao de Castellón y Benicàssim, epicentro del temporal, llegaron a producirse algunos pequeños tornados, aunque sin succión.

Los bomberos municipales y la Policía Local no dieron abasto y realizaron 88 servicios solo en Castellón a causa del agua. El Pinar del Grao fue uno de los puntos más afectados. Los operarios del Ayuntamiento retiraron desde primera hora ocho pinos caídos y clausuraron el parque. Hasta allí se desplazaron la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco; el vicealcalde, Enric Nomdedéu; y el intendente jefe de la Policía Local, José Luis Carque; que revisaron los daños producidos.

La biblioteca del mar del Serradal quedó destrozada por completo, con las paredes de madera y decenas de libros esparcidos por los suelos. El Ayuntamiento anunció ayer que habilitará una infraestructura temporal para poder seguir dando servicio.

También sufrieron daños materiales y anegaciones las viviendas de la Marjaleria y los agentes realizaron numerosas actuaciones por la caída de vallas publicitarias, postes y señalización.

La ronda Norte, las avenidas Sos Baynat y Barcelona y la cuadra Salera se cortaron al tráfico.

En Benicàssim el vendaval arrancó varios árboles del paseo y rompió cristales de las ventanas. Uno de los pinos caídos impactó contra la uralita de un párking, causando daños en los coches aparcados, informó el SIAB.

CASETAS DERRUIDAS // Pero sin duda, la peor parte se la llevaron las casetas de la playa del Heliópolis, que fueron arrasadas por la tormenta y quedaron reducidas a escombros. Miguel Ángel López, vendedor de un puesto de mojitos, quedó inconsciente tras desplomársele encima la infraestructura. “Todo está destruido. Las maquinarias, granizadoras y neveras. Y además, como nos tuvimos que ir corriendo, me robaron la caja, con unos 500 euros”, explicó.

Los benicenses, asustados por la fuerza del viento, se apresuraron en recoger el mobiliario de sus terrazas. “Nos ha arrancado la persiana de la habitación y se ha llevado la decoración que había colgada en la pared. El viento tenía tanta fuerza que nos costaba cerrar las puertas”, relató a Mediterráneo María López, vecina de la playa Els Terrers.

El parque acuático Aquarama no abrió sus puertas debido a los daños estructurales provocados por la tormenta. Los operarios trabajaron para limpiar la suciedad de las piscinas y esperan reabrir hoy. H