El turismo rural está de moda. Porque cada vez se ofrece un producto más atractivo y de más calidad, porque la montaña tira cada vez del turista y va ganando terreno al insuperable sol y playa o porque se vuelve a salir en general aliviados por una mejoría económica. Lo cierto es que, con las cifras en la mano, Castellón cerró el último año con la mejor tasa de ocupación en alojamientos de turismo rural de su historia, tras años malos para el sector que, con la crisis, encadenó casi una década de pérdida de viajeros y puso en la cuerda floja a pequeñas empresas, autónomos y, sobre todo, negocios familiares del interior de la provincia.

La última encuesta de ocupación en alojamientos de turismo rural, publicada esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), revela que durante el 2017, un total de 57.997 viajeros eligieron como destino el interior de Castellón. Son más de 10.000 más que en 2016 (con 47.699) y 21.535 más que 2013 (con 36.462) el peor año de la última década. De los casi 58.000 turistas rurales del 2017, 56.188 fueron españoles y el resto extranjeros --unas proporciones que se repiten de forma similar ejercicio tras ejercicio-- por lo que uno de los retos que se marca el sector, además de seguir creciendo en turismo nacional, es abrir fronteras y conseguir captar al extranjero. Abril, agosto y diciembre -Semana Santa, verano y Navidad- fueron los meses que más ocupación hubo en los casi 500 establecimientos rurales abiertos en la provincia con alrededor de 4.000 plazas ofertadas y con medio centenar de personas ocupadas, según la misma encuesta del INE.

identidad propia // El secretario autonómico de Turismo de la Comunitat, Francesc Colomer, valoró que, más allá de las cifras, lo importante es «aprovechar para construir un sector empresarial fuerte, así como consolidar la formación y la profesionalización, para lograr una diferenciación del producto. Y en eso será muy importante el centro de turismo de la Fàbrica Giner de Morella en el que se está trabajando».

«Para la provincia, el potencial rural es muy singular, es una ventaja competitiva, y por ello hay que trabajar juntos todos los agentes implicados para explotarlo al máximo», reiteró. «El interior tiene una identidad propia que hay que consolidar para que no sea tanto un complemento del litoral», aseguró Colomer.

Hay que remar todos en la misma dirección, para mantener la tendencia al alza conseguida, y en eso también tiene un papel destacado la Diputación. «Trabajamos en poner en valor los atractivos de nuestro interior siendo aliados de los ayuntamientos y de las empresas para atraer a más visitantes. El turismo es, sin duda, un motor de oportunidades para nuestros pueblos y una esperanza para mantenerlos y mejorarlos en un futuro», dijo el diputado de Turismo, Andrés Martínez. «Ponemos todos los recursos posibles y destaca, este año, una inversión récord de 5 millones».