El Ayuntamiento de Castellón ha intensificado los controles de detección y prevención de mosquitos en la población, en especial en zonas de viviendas como la Marjaleria, para minimizar la expansión de este insecto provocada por las altas temperaturas. La concejala de Salud Pública, Mary Carmen Ribera, ha indicado que «el calor, junto con algunas lluvias intermitentes, han originado algunos problemas en estas pasadas semanas. Para solucionarlos, hemos actuado reforzando las prospecciones y los tratamientos».

El Gobierno municipal invertirá 65.000 € para combatir la proliferación del mosquito en Castellón, un proyecto que cuenta con un calendario de trabajo programado y que según Ribera «se ha consolidado como la mejor herramienta de trabajo para mantener el control de estos insectos».

El cronograma de aplicación de tratamientos depende en gran medida de las condiciones climáticas, pero es previsible, por la experiencia acumulada, que de mayo hasta agosto la mayoría de los focos necesiten tratamientos diarios. Ribera ha manifestado que «precisamente esta semana, la empresa encargada del servicio ha retomado las prospecciones para aplicar los tratamientos larvicidas con la mayor diligencia y efectividad posible ante los focos de mosquito existentes».

Desde principios de año se han registrado unas condiciones meteorológicas muy variables, con periodos de intensa lluvia, pero no han coincidido con etapas de temperaturas altas, por lo que no se han dado aún las condiciones particularmente favorables para la proliferación de mosquitos. No obstante, las temperaturas se han mantenido en valores superiores a la media estacional, por lo que ha habido presencia de larvas en alguna zona todo el invierno.

Ribera aseguró que «hasta la fecha se han recibido nueve avisos de mosquitos, un poco menos de los 13 recibidos en el mismo periodo del año pasado». Asimismo, señaló que «todavía no se ha detectado la presencia de mosquito tigre, una de las plagas que suele presentarse con más retraso respecto a otras especies de estos insectos». En Castellón, los puntos de cría están a menudo en terrenos o casas abandonadas, deshabitadas temporalmente o segundas residencias,