A pesar de ser un colectivo con amplia representación en la provincia --significa alrededor del 6% de la población total--, los ciudadanos musulmanes se están viendo obligados a emigrar de la provincia en busca de otros destinos, un fenómeno que a nivel nacional tiene poca réplica, excepto en tres provincias más. Así lo reflejan los últimos datos de la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide), que cifra en 38.218 las personas de religión islámica que viven en la actualidad en Castellón.

La causa hay que buscarla en la crisis económica y, especialmente, en las “altas tasas de paro que arrastran el azulejo y la agricultura”. Así lo manifiesta Ihab Fahmy, coordinador de la Unión de Comunidades Islámicas de Valencia, Murcia y Baleares. A nivel nacional, únicamente en Jaén, Salamanca y Zamora se están dando procesos similares en la actualidad.

“En Castellón se vive un fenómeno que no se da en las otras dos provincias de la Comunitat Valenciana, ya que en Valencia y Alicante la población islámica se mantiene o incluso crece”, manifiesta Fahmy. Otro factor que apunta es que la llegada de musulmanes a esas provincias fue más temprana, “por lo que ahora existen varias generaciones conviviendo”.

SIN TRABAJO // Y es que la gran presencia del colectivo en la cerámica y en el campo provincial, “dos de los sectores más afectados por la crisis económica”, es determinante. “Muchos de ellos no han tenido más remedio que marcharse. Nuestros datos indican que se van al norte de Europa o vuelven a sus países”, señala.

El estudio demográfico que la Ucide publica anualmente cifra en 38.218 las personas musulmanas que viven en la actualidad en la provincia --datos extraídos del padrón municipal de habitantes--, de las cuales 22.462 son de nacionalidad extranjera y 15.756 tienen el pasaporte español. En cuanto a las zonas geográficas de origen más usuales, estas son el Magreb árabe, Africa occidental, Oriente Medio y Oriente Próximo. H