Para muchos ser mileurista es un sueño. Si antes de la crisis económica ganar 1.000 euros al mes era considerado un salario bajo, ahora se trata de una meta a alcanzar para muchos empleados en Castellón. Y buena parte de ellos son jóvenes de entre 16 y 29 años, un colectivo formado en Castellón por casi 80.000 personas y que levanta cabeza muy poco a poco. El empleo despierta, pero la mayoría están condenados a trabajos de escasa duración y a bajos salarios. Son jóvenes y sobradamente precarios.

Tener un empleo estable y con un sueldo que dé para vivir es una quimera para muchos y el problema es que en Castellón cada vez son menos los que tienen un trabajo. Si la población juvenil ha caído más de un 35% en la provincia en apenas dos décadas (hay 29.000 personas menos de entre 16 y 29 años), el número de jóvenes integrados en el mercado laboral todavía lo ha hecho en mayor proporción. Si en el primer trimestre de 2007 se contabilizaban en la provincia 105.400 jóvenes de entre 16 y 30 años con empleo, ahora la cifra es de apenas 55.200. O dicho de manera más clara: en una década los jóvenes con empleo en Castellón han descendido casi a la mitad.

La población juvenil que trabaja se ha hundido y la explicación hay que buscarla en una combinación de factores. De una parte, los efectos de muchos años de tasas de natalidad a la baja. De otro, las secuelas demográficas que la dejado la última crisis económica: durante los años de bonanza, la provincia atrajo población inmigrante pero, al estallar la recesión se produjo el efecto contrario y muchos extranjeros emprendieron el camino de vuelta. Y, además, hubo jóvenes de Castellón que optaron por buscar un empleo en el extranjero. Pero hay todavía otra explicación. Ante un mercado laboral cada vez más competitivo y exigente, más jóvenes han optado por alargar su formación y, por lo tanto, retrasan durante años su incorporación al mercado laboral.

Los jóvenes fueron en Castellón los grandes perjudicados de la crisis. De una tasa del paro del 18% en el 2007 se pasó a una del 61,7% a finales del 2011, y aunque la mejora del mercado laboral es un hecho, el desempleo juvenil sigue siendo mucho más alto que el de la media de la población. De hecho, y según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) el 31,8% de los jóvenes de la provincia está en paro, casi el doble que la media general, que es del 16,8%.

LA DIFICULTAD DE TENER TRABAJO

Pese a la mejora, que existe, todavía hoy sigue siendo muy difícil para un joven encontrar un empleo. Mucho más que antes de la crisis. Hasta cuatro veces más, según un informe elaborado recientemente por UGT, que concluye que muchos están abandonando el mercado laboral. «El alto nivel de desempleo y la mala calidad del empleo son los principales rasgos que caracterizan la precariedad laboral en la juventud», añade el estudio.

Iris Lafita conoce bien los problemas a los que se enfrentan los jóvenes de la provincia. Portavoz del Consell de la Joventut de Castellón asegura hay decenas de personas de entre 20 y 30 años que tienen un empleo pero que no pueden emanciparse. «Estamos formados pero, desgraciadamente, para muchos esa formación no se traduce en una mayor ocupación. Y tampoco en una mejor. Conozco ejemplos de personas que sí tienen trabajo, pero en una ocupación que requiere muchísima menos formación de la que ellos tienen», describe.

Si encontrar un trabajo es todavía una tarea complicada (en Castellón hay 6.820 menores de 30 años que están en el paro) encontrar un empleo estable es ya casi misión imposible. Un dato: solo el 9% de los menores de 30 años que el año pasado firmaron un contrato laboral en la provincia lo hicieron de manera indefinida y casi el 60% de los jóvenes de la capital con un empleo trabaja de forma precaria.