Uno cada día. Ese es el goteo incesante de pérdida de comerciantes autónomos que ha sufrido la provincia en el último año. Según las cifras de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), los 11.190 trabajadores por cuenta propia dedicados al comercio con que contaba la provincia en julio del año pasado han pasado a ser 10.824. Exactamente 366 menos en doce meses.

Esta caída, del 3,3%, triplica la vivida en la Comunitat Valenciana (del 1,1% y eso que ya incluye las cifras de Castellón) y está muy por encima del descenso estatal (-1,4%). Y, según el presidente de ATA Comunitat Valenciana, Rafael Pardo, se debe a «dos causas principales: El boom del comercio electrónico y la despoblación».

No en vano, Castellón es la séptima provincia de España con un mayor descenso porcentual y, excepto Tarragona, todas las que la superan --Palencia (que lidera la lista); Soria, Ourense, Zamora y Teruel-- viven un auténtico drama en la pérdida de población.

Además, las cuatro comunidades que más autónomos del comercio pierden «tienen un importante problema de despoblación y abandono de los oficios y negocios tradicionales», asegura el líder de ATA en la Comunitat.

La otra lacra a la que se tiene que enfrentar cada día uno de los pilares de la economía familiar en la provincia es el comercio electrónico que, como destaca Pardo, «acerca al mundo a cualquier comercio pero convierte el día a día en una competencia global y sin horario. El camino sin vuelta atrás que supone el comercio electrónico, el tiempo de todo a un click, está pasando factura a los comercios tradicionales».

Asimismo, la falta de relevo generacional también es otro problema «y tiene como consecuencia directa muchos de estos cierres, por lo que se hacen imprescindibles medidas que hagan efectivo ese relevo y la ampliación de la tarifa plana a los emprendedores de municipios de 5.000 habitantes», dice Pardo.