El Ayuntamiento de Castellón modificará la ordenanza municipal de protección contra la contaminación acústica (que pasará a denominarse de ruido) ante las «fisuras y vacíos» de la actual, aprobada en 2010. Entre otras medidas, la normativa adaptará las franjas diurnas y nocturnas a las que vienen establecidas en la normativa básica estatal (Ley 37/2003 de 17 de noviembre de 2003), de tal manera que el horario diurno sea el comprendido entre las 8.00 y las 23.00 y el nocturno, el comprendido entre las 23.00 y las 8.00. Con ello, se amplía una hora más el horario diurno actual -de 7.00 a 22.00 horas-. Esto significa que se permitirá un nivel de decibelios más alto durante una hora más.

La idea, según explican fuentes municipales, es adaptarse a la realidad de la ciudad, a la vez que se cumplen los estándares de calidad acústica. Castellón se halla en un enclave privilegiado por el clima benévolo que, junto a las costumbres y tradiciones propias de una zona mediterránea, propician la permanencia hasta tarde en espacios públicos. Esta ordenanza no afectaría al reciente veto a la venta de alcohol en las calles de las tascas, que se mantendría hasta las 22.00 horas en cumplimiento de la sentencia de febrero del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat.

Paralelamente, la ordenanza fijará el foco en el ruido procedente de los hogares, controlando los equipos audiovisuales domésticos, que deberán ser tratados como amenización musical. También se someterán de forma expresa al cumplimiento de los niveles establecidos en la norma: los aparatos de aire acondicionado, los ascensores, grupos de bombeo y demás instalaciones comunes de los edificios.

CONSULTA PÚBLICA

El documento se ha sometido a consulta pública previa y hasta el 22 de mayo está abierto a sugerencias y observaciones de la ciudadanía. Además de las medidas mencionadas, también prevé otras como hacer mediciones acústicas no solo en establecimientos públicos, sino también en espacios públicos -cuando se produzcan acontecimientos como conciertos al aire libre o serenatas, por ejemplo-, la previsión de un régimen sancionador más claro y exhaustivo o la exigencia de una auditoría de niveles en las licencias de primera ocupación.

El objetivo es garantizar un control más eficaz en la lucha contra la contaminación acústica y agilizar aspectos burocráticos. Esto se traduce en facilitar modelos de certificados y documentos que garanticen la homogeneidad y faciliten el control de actividades de escasa incidencia ambiental, así como también clarificar y completar aspectos técnicos para el aislamiento.