La provincia cuenta con 3.559 hectáreas de huertos familiares. La última Encuesta sobre superficies y rendimientos de cultivos en España, referente al 2013 y realizada este año por el Ministerio de Agricultura, recoge esta extensión de huerta familiar, equivalente prácticamente al término municipal de Benicàssim o superior a los de Orpesa, Moncofa, Xilxes o Betxí, por poner algunos ejemplos.

No en vano, los huertos familiares suman en la provincia una superficie mayor que la de los campos de hortalizas (en cuanto a extensiones destinadas al comercio, y no al autoabastecimiento, según la encuesta del Ministerio), que suman 2.316 Has.

Y es que la huerta de casa es una tradición ampliamente arraigada en la provincia, que además ha ido a más en los últimos años. Desde el 2004, cuando ocupaban 2.934 hectáreas, ha ido continuamente en crecimiento hasta las 3.559 actuales. Así las cosas, actualmente la tradicional huerta ocupa el 2,5% del total de tierras de cultivo castellonenses.

La mayor parte de los huertos familiares están en zona de regadío, donde ocupan 2.376 hectáreas, por las 1.183 de los cultivos de secano. No en vano, la huerta familiar siempre se ha caracterizado por utilizar el regadío para que sus cultivos prosperasen.

De hecho, los reyes en estas marjales son las hortalizas (que suman casi tanta superficie en los huertos familiares como tenían en cultivos destinados a la venta). Y entre ellas hay un rey. El tomate es, con diferencia, el producto más cultivado en las huertas de casa. Ocupa 356 hectáreas, mientras 211 son de alcachofa, 193 de cebolla, 151 de judía verde (más que en las explotaciones destinadas a la comercialización de sus productos), o 114 de calabacín.

Otros cultivos presentes son tubérculos, frutales no cítricos u olivar. La nota negativa son las 683 hectáreas de huerto vacío. H