El Ayuntamiento de Castellón trabaja para activar en los próximos meses el plan piloto para controlar la población de palomas en la ciudad, que pasa por utilizar productos anticonceptivos, que se suministrarían a través de la comida. La contratación del servicio está en fase de licitación, después de que se haya modificado el pliego inicial de condiciones, para aplicar la experiencia a otras zonas de la ciudad y no solo a tres como estaba previsto en un primer momento, en el caso de que el seguimiento y control de los indicadores propuestos para la evaluación así lo aconsejen.

La tramitación está en marcha y todavía no hay una fecha para activar este proyecto experimental. Sí hay una partida económica en los presupuestos municipales de este año que supera los 66.000 euros destinada al control de la población de palomas con el método tradicional, que es la captura de las aves de la ciudad.

Hace más de un año que se aprobó en pleno -el 26 de enero del 2017- una moción -presentada por PSPV, Compromís, Ciudadanos y PP- que instaba al órgano competente a «impulsar un proyecto experimental de la población de palomas, al menos en tres puntos del casco urbano, con sistema de control de la natalidad con productos anticonceptivos, nada más concluya el actual contrato -que en principio vencía el septiembre pasado». En la junta de gobierno del 14 de julio se aprobó el expediente para la contratación del servicio de seguimiento, control, censo y eliminación de algunas especies de avifauna urbana; y el proyecto experimental de control de natalidad de palomas urbanas, con una duración de dos años y un valor estimado de 109.559 euros.

Este método ha sido valorado desde la Concejalía de Sostenibilidad Ambiental dirigida por Sara Usó y también fue propuesto -en diciembre del 2016- por la Asociación de Vecinos Trinidad Centro, a través de una propuesta registrada en el consistorio, como ya avanzó este periódico.

CÓMO FUNCIONA // La idea es instalar dispensadores de maíz impregnado de sustancias hormonales que inhiben la fecundación en tres puntos estratégicos de la ciudad, donde la población de palomas es más alta. Inicialmente se avanzó que se colocarían en la zona del Mercado Central, el parque Ribalta y en la plaza de la Muralla. El sistema se ha mostrado eficaz y seguro en ciudades como Ginebra -que es la ciudad piloto de este método-, Luxemburgo, Montbeliard, Rennes, Beziers, Vannes, Niza o Florencia.