Cada año que pasa, los castellonenses se casan menos, más tarde y prefieren hacerlo por lo civil. Según el informe del INE, en el primer semestre del 2017 se celebraron en la provincia un total de 891 enlaces, 14 menos que en el mismo periodo del 2016 (905). Ocho de cada 10 (715) no fueron ante el altar, frente a los 175 católicos y uno en el que no consta el rito, y es junio el mes que más bodas registra (264).

La provincia, con un descenso del 1,6%, se posiciona por debajo de la media autonómica, que cae un 4,9%. Además, la edad media del matrimonio ha ido aumentando este siglo XXI. Frente a los 29,5 años que tenían los novios en el año 2000 se ha pasado a los 35,6 años de este 2017, una cifra por encima de la media autonómica, de 33,59. «Hay menos población y surgen nuevos modelos sociales, como singles o parejas de hecho, que causan esta caída», explica el profesor de Geografía de la UJI Javier Soriano.