Cuando acudimos a un concesionario con la intención de comprar un coche, una de las preguntas a las que debe responder es si prefiere diésel o gasolina. Hasta hace muy pocos años, el reinado del gasóleo era incuestionable, pero las cosas están empezando a cambiar. En Castellón, el diésel no goza de su mejor momento y no lo hace por varios motivos. Uno es el precio del combustible, cada vez más cercano al de la gasolina. Otro es la decisión de muchos ayuntamientos de tomar medidas restrictivas contra unos coches a los que señalan de ser los culpables de la contaminación. ¿La consecuencia? Cada vez más conductores dan la espalda a los motores diésel, que empiezan a ser una clara minoría.

De los 6.422 turismos y todoterrenos que se han matriculado en Castellón durante los cuatro primeros meses de este año, 2.871 tenían como fuente de energía el diésel, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Eso supone que de cada 10 automóviles que salen de los concesionarios, cuatro son de gasóil. El 52,5% (3.357 en números absolutos) son coches de gasolina.

Los porcentajes de ahora nada tienen que ver con de hace tan solo cinco años. Durante el 2012 la cuota de los motores diésel alcanzó en la provincia un 68%, es decir, de los 10.982 automóviles que se matricularon ese año en Castellón, casi 7.500 se alimentaban con gasóleo, mientras que el peso de los vehículos de gasolina se limitaba a un 31%

La reducción del peso del gasóleo no es algo limitado a Castellón, sino que es una realidad generalizada en España. Lo es hasta el punto de que las matriculaciones de vehículos diésel a nivel nacional edurante el mes de marzo se situaron por primera vez por debajo del 50%. Un dato que rompe una barrera y supone algo histórico en un sector en que los motores diésel han sido los reyes en los últimos 15 años.

Anfacc asegura que el sector se encamina hacia una «equiparación» de la gasolina y el diésel, con un «mix más próximo» al 50%. La patronal relaciona esta tendencia con la evolución de la eficiencia de los motores gasolina, a lo que suma la introducción “cada vez con más asiduidad” de las tecnologías alternativas, que poco a poco van copando algo más de mercado.

El diésel va a menos pero lo que crece en Castellón es la venta de coches eco, sobre todo híbridos. Se trata de automóviles que combinan el motor eléctrico con otro térmico de combustible y que, aunque todavía representan un porcentaje pequeño de la compra de turismos , cada vez son más representativos. Un ejemplo. Durante el 2016 se vendieron en Castellón 343 unidades de híbridos, un 77% más que un año antes, cuando fueron 193. Si se comparan los datos con los del 2012 la evolución es todavía más espectacular: en apenas cinco años las ventas se han multiplicado por 4. Los eléctricos, en cambio, van a la baja, con 15 unidades vendidas en el 2016.