Una espera de 26 horas para casarse en la basílica de la Mare de Déu del Lledó en el 2015. Una pareja de novios de Castellón llegó ayer a las 7.30 horas al porche de la casa prioral para poder ser los primeros en elegir fecha para darse el sí quiero ante la Mareta de Castellón. Y pasaron el día, tapaditos, en unas hamacas de playa plegables, bien abrigados, con mantas y un termo de café y chocolate caliente. Y pasaron la noche, a la inteperie, aunque, eso sí, con las rejas que resguardan el porche de la explanada abiertas, para poder resguardarse, y la fachada principal de la basílica iluminada para dar luz al primer paso del camino hacia el altar.

Cuatro parejas pasaron buena parte del día charlando, jugando con el móvil, guardando bien el secreto de la fecha anhelada, “para poder casarnos un sábado de julio que coincide con el día en que nos conocimos”, señalan unos novios que prefieren no dar el nombre. “No le hemos dicho a nadie, más que a nuestras familias, pero queremos una fecha concreta y nos hace ilusión hacer la cola”. Primero, estuvieron acompañados de sus padres, y, más tarde, se turnaron con sus hermanos. “Es como un ritual para honrar a la Mare de Déu”, decía ella. Junto a ellos, los primeros en la lista que el prior puso en la entrada fueron Sandra Solsona y su novio. Querían el 6 de junio a las 19.30.

Lejos queda la estampa del segundo viernes de enero del 2004. 60 parejas aguardaron entonces a que la puerta del registro se abriera. Hoy lo han hecho a las 9.00 horas. Ayer, a medianoche, no llegaban a la decena de parejas.

Fuentes de la basílica de Lledó señalan que las 200 bodas del año 2000 “han pasado a la historia”. “En el 2012 se casaron en la basílica 60 parejas, y en el 2013 hay inscritas 50; este año, serán más; aún hay fechas libres, porque hay muchas menos bodas que hace una década, aunque la devoción por casarse ante la patrona se mantiene fiel”, señalaron.

JULIO Y SEPTIEMBRE // Los novios han cambiado la tendencia. Si antes, lo más buscado eran los meses de mayo y junio, este año los futuros esposos prefieren julio y septiembre. Y la mayoría, en sábado por la tarde. “Alguna tenemos en viernes, pero son las menos”, señala Francés. Casarse en la basílica cuesta 270 euros. H