Una negociación maratoniana, desde primera hora de la mañana hasta las nueve de la noche, sirvió ayer para desbloquear el convenio colectivo de los collidors (que afecta a 14.000 personas en la provincia y a 55.000 en la Comunitat) y asegurar su vigencia durante los próximos cuatro años, disipando así la amenaza de la huelga que hubiera podido enturbiar la campaña.

Eso sí, el acuerdo no fue total, ya que las cooperativas y CCOO se negaron a firmar el preacuerdo, que se ratificará la próxima semana. Fueron los comercios privados y UGT, ambos con mayoría en ambas partes negociadoras (aunque la sindical muy exigua), los que pactaron el nuevo marco laboral, que prorroga básicamente el pasado convenio con una congelación salarial para los próximos dos años y un aumento del 0,5% en el 2017 y el 2018.

Este fue precisamente el motivo que llevó a las cooperativas a no firmar, no incluir una rebaja salarial (la plataforma de la patronal establecía de salida reducciones del 30% en el jornal y del 22% en el destajo a raíz de aumentar la jornada laboral), pero ayer los comercios cedieron.

CCOO no firmó por varias razones, entre ellas las cláusulas de garantía que desaparecieron en el anterior convenio y que no incluya la obligatoriedad de que el 80% de la plantilla sea contratada directamente por la firma, dejando solo el 20% para las ETT. Esta medida, además de regular este “fraude del siglo XXI”, según el responsable de CCOO Vicent Navalón, también es una “competencia desleal” de los comercios sobre las cooperativas, ya que estas apenas contratan ETT y tienen que asumir salarios más altos.

Desde la patronal valoran con satisfacción relativa el acuerdo, dada la congelación, a pesar de “los elevados costes salariales”. Desde UGT, Manuel Bono destaca la “estabilidad” que se da al sector y actuarán contra las ETT “junto con la autoridad laboral”. H