Los movimientos del exministro de Trabajo para repatriar dinero en paraísos fiscales, que podría ascender a 10 millones de euros, incluida la reciente compra de una lujosa casa en el barrio madrileño de Chamberí al parecer sin recurrir a ninguna hipoteca, habrían precipitado su detención. De hecho, la investigación abierta en el ejercicio del 2015 trabajó para comprobar que el expresident de la Generalitat pudo haber obtenido «cantidades millonarias» de comisiones que durante años habrían estado ocultas al fisco español, colocadas en diversos paraísos fiscales, que determinadas fuentes sitúan en Uruguay, Panamá, así como, posiblemente en el país europeo de Luxemburgo.

La intervención policial, que se ha producido bajo el nombre de operación Erial, se precipitó esta semana tras haber sido localizada la presunta repatriación de parte de ese dinero. Igualmente, habría sido determinante la adquisición, el pasado mes de marzo, de un piso de lujo, valorado en unos dos millones de euros, en una operación que se cerró a tocateja, sin préstamo hipotecario de por medio.

Sería esta compra, que supone un proceso de blanqueo de capitales, la que permite a los investigadores indagar sobre el resto de delitos que ya habrían prescrito, mientras que el de lavado de dinero irregular tiene una vigencia de quince años y, por tanto, continuaría vigente ahora.