La Semana Santa se alarga en la ciudad de Castellón, al menos a nivel político. La polémica siguió ayer con el anuncio de Compromís de que promoverá una declaración institucional para condenar la «exaltación de la violencia fascista» que a su entender realizó el capataz de la cofradía de Santa María Magdalena durante la procesión del Santo Entierro del viernes al dedicar la levantada de su imagen «a los caídos por Dios y por España». Por su parte, Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) llevará estos hechos a la Fiscalía, pues creen que de ellos se podría derivar un delito de odio.

El portavoz de la coalición valencianista, Ignasi Garcia, indicó que el texto «rechaza de forma contundente las exaltaciones de la guerra civil y de la represión posterior en la procesión». Asimismo, el documento insta al Obispado de Segorbe-Castellón y a la cofradía a «hacer una reflexión» y a ser «muy escrupolosos» con el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.

No obstante, la declaración tiene pocos visos de llegar al próximo pleno municipal -previsto el 27 de abril-, pues el PP anunció ayer su rechazo a la misma al considerarla una «cortina de humo para tapar las vergüenzas de la vicealcaldesa, Ali Brancal», que colgó en redes sociales una imagen en la que se veía la cruz de Jesucristo encajada en una pantalla de Tetris. También Ciudadanos se mostró crítico con Brancal.

Fuentes del PSPV indicaron que no se posicionarán hasta la reunión del grupo municipal de mañana, mientras Castelló en Moviment sí adelantó su apoyo.

FISCALÍA // Además de denunciar los gritos ante la Fiscalía, EUPV cree que tienen «un contexto político claro» al producirse un 14 de abril y en pleno debate sobre la cruz del parque Ribalta.