La anhelada conciliación laboral y familiar sigue siendo asunto de mujeres en Castellón si se tienen en cuenta los datos. El papel activo del hombre en las responsabilidades del hogar va en aumento, especialmente, entre la gente joven, pero siguen siendo ellas las que soportan la mayor carga de los cuidados, con las consecuencias laborales que conlleva, dado que España está en la cola de facilitar medidas y políticas que ayuden al sexo femenino a compatibilizar la carrera profesional y la atención a los hijos.

Según los últimos datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social referidos a excedencias por cuidado familiar, en el 2016, se solicitaron en la provincia 541, de las cuales 507, es decir, casi un 94% fueron para mujeres, frente a las 34 que ejercieron los hombres. Un dato que refleja que son ellas las que hacen un parón en su trayectoria laboral.

Otra de la que hace referencia a las 2.916 bajas de maternidad registradas en la provincia de Castellón. Solo en 19 casos las féminas compartieron los cuatro meses de permiso con sus parejas. «Hay que ir hacia la paridad en los permisos intransferibles e igualitarios, en el caso contrario se crea un círculo vicioso muy complicado para conciliar. Hay que ampliar el permiso de paternidad y equipararlo», explicó la socióloga Cristina García Sainz de la Universidad Autónoma de Madrid, quien ayer impartió en la Universitat Jaume I (UJI) la conferencia Corresponsabilidad, usos del tiempo y desigualdad con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el próximo jueves, 8 de marzo.

MÁS HORAS EN EL HOGAR

En su intervención, García aseguró que la corresponsabilidad en las tareas domésticas entre mujeres y hombres es deficiente porque todavía existe una «brecha de entre dos y cuatro horas diarias más en el tiempo que ellas dedican a las tareas domésticas o el cuidado de mayores o niños». En su opinión, gran parte de la desigualdad entre hombres y mujeres nace de las diferencias existentes a la hora de distribuir el trabajo doméstico y la atención a la infancia, las personas mayores o los enfermos. De igual modo, propone que, cuando se hable de trabajo, no se incluya solo el remunerado, sino también todas las modalidades no remuneradas porque «muchas economías se sustentan fuera del mercado laboral».

La jornada de este jueves fue inaugurada por el rector de la UJI, Vicent Climent, quien defendió, respecto a la conciliación, que es «una batalla con muchos frentes, en la que la universidad tiene que ir un paso por delante, porque tiene un papel fundamental de concienciación social».

MEDIDAS A IMPULSAR

Tanto esta socióloga como Marcela de Hoyo, gerente de la Fundación Concilia, con sede en la Vall d’Uixó, creen que es clave avanzar en equiparar las responsabilidades. Para ello, aportan varios factores que resultan cruciales, siguiendo el modelo nórdico. «Se debería legislar la necesidad de flexibilizar los horarios, como pueden realizar algunos funcionarios. Hay que ir más allá de la reducción de horas», indicó De Hoyo, quien lamentó que ahora se está «a la cola» en este asunto. Otras de las acciones serían impulsar el teletrabajo y ayudar a las mujeres a crear sus propias empresas.

De igual modo, la socióloga de la Universidad Autonóma de Madrid defiende la necesidad de apostar por las jornadas continuadas y no alargar el horario laboral hasta las 20.00 horas.