El Consell ha dado al traste con la única esperanza que tenían los paranyers para salir de la clandestinidad y lograr que esta práctica cinegética ancestral, mediante el denominado ceso malla, sea legal. La Conselleria de Medio Ambiente ha remitido a Les Corts su resolución negativa al respecto de la proposición no de ley, apoyada por PP, PSPV y Ciudadanos, en la que se instaba al Gobierno autonómico a autorizar los estudios científicos que deberían avalar la selectividad del nuevo sistema de captura planteado por los aficionados. Podem se abstuvo y Compromís rechazó la medida, lo que provocó que los socios del Pacte del Botànic mostraran sus divergencias sobre esta práctica extendida en la provincia de Castellón, donde dirigentes municipales de la coalición sí han reiterado la necesidad de disponer de un marco legal para ello.

En la resolución, a la que ha tenido acceso Mediterráneo, el departamento de Elena Cebrián se mantiene en su postura de no autorizar estas pruebas de campo, a pesar de la petición de una mayoría del parlamento valenciano. La proposición no de ley se debió, precisamente, al rechazo mostrado por la Conselleria el pasado mes de octubre, cuando arrancó la temporada de caza, a la solicitud de la asociación Apaval.

Dictamen

Dado el requerimiento de Les Corts, Medio Ambiente decidió solicitar un informe a la Abogacía General de la Generalitat, según el cual «si técnicamente está justificado que estamos delante de un método selectivo o masivo, no se puede autorizar su utilización por ser contrario a la normativa en vigor». Este dictamen parte de la base defendida por la Conselleria de que el cesto malla no es selectivo, aunque Apaval difiere y quiere realizar estudios que refrenden que es un sistema de captura sin muerte.

En su respuesta, la consellera Cebrián menciona las diferentes normativas autonómicas, estatales y europeas al respecto de la caza de aves para terminar concluyendo que el mandato de la resolución de Les Corts «es de imposible cumplimiento».