Seis ideas innovadoras con sello de Castellón. Seis historias de vidas cruzadas. Todas persiguen algo tan huidizo como el éxito. La mayoría lo han fiado todo al talento y a la tecnología. Casi nada. Todas son un ejemplo de resistencia, de que querer suele ser sinónimo de poder. También de relaciones personales trenzadas en los tiempos de la universidad, en anteriores empresas o en otras incubadoras de proyectos. La fiebre de las startups ha inundado Castellón en los últimos años y ahora que la recuperación es un hecho, decenas de jóvenes de la provincia no se conforman y siguen apostando por crear su propia empresa. Y algunos lo hacen con la ayuda de la Federación de Cooperativas de la Comunitat Valenciana (Fevecta) y el Ayuntamiento de Castellón. Si la idea tiene éxito y es viable, dentro de un año aquel proyecto inicial se convertirá en una empresa. En una empresa cooperativa.

El universo Betacoop se hace mayor. La primera cooperativa de emprendedores de la Comunitat Valenciana, que echó a andar en marzo del 2017 gracias a un convenio entre Fevecta y el Ayuntamiento, crece y este año acoge seis iniciativas integradas por 17 emprendedores. «Betacoop es, básicamente, una solución para todos aquellos que están pensando en emprender una actividad empresarial y quieren probarla en el mercado antes de crear la empresa. Es, por así decirlo, un banco de pruebas en el que poder experimentar una idea de negocio en un entorno controlado», apuntan desde la Federación de Cooperativas que avanzan que al menos otras ocho entidades locales de la Comunitat Valenciana quieren copiar el proyecto Betacoop.

Ubicado en el edificio municipal CIES de la Ciudad del Transporte de Castellón, el ecosistema Betacoop está integrado por media docena de proyectos innovadores con nombres casi impronunciables para la mayoría de los mortales: Remsoul, Decorpc, Unomas Willd... Detrás de ellos se encuentran las historias y los sueños de 17 jóvenes de la provincia sobradamente preparados y que aspiran a volar cerca del sol.

Todas las aventuras de Betacoop tienen en común el talento y la innovación. También la imaginación. Porque hace muy pocos años la mayoría de estos proyectos eran ciencia ficción. Y sino que se lo pregunten a Eugenia Parreño y Carlos Miguel que, junto a tres informáticos, han creado Remsoul, una solución tecnológica para la gestión de eventos, como festivales de música o ferias. «En cualquier evento vemos lo que nadie ve. En un concierto, por ejemplo, recopilamos datos del comportamiento de los asistentes y lo hacemos en tiempo real y a través de una aplicación», resumen los dos emprendedores. Gracias a toda esa información, el organizador puede saber en tiempo real que hay una zona del concierto más saturada que otra. «El organizador puede reaccionar a tiempo y redirigir al público hacia aquellas zonas con menos gente», resumen Eugenia y Carlos, creadores también de la asociación No solo en la red, que pretende ser un vínculo de unión entre emprendedores, autónomos y freelancer de Castellón.

TENGO UNA IDEA Y BUSCO CLIENTES Remsoul ya ha puesto en práctica su idea (Patricia y Carlos diseñaron la aplicación móvil de la última edición de Focus Innova Pyme), y José Vivo y Mónica Carreguí buscan clientes que aporten viabilidad a su proyecto. De la imaginación de este informático de Castellón y esta profesora de Nules ha surgido Decorp, que ofrece soluciones para adaptar la tecnología a cualquier espacio. «Nos dirigimos a interioristas, decoradores, arquitectos y también a clientes particulares y les ayudamos a convertir un ambiente vacío en un lugar en el que disfrutar del trabajo, el sonido, el juego o el cine en casa», explican. «Tenemos la idea y pensamos que hay nicho de mercado y tenemos posibilidades de crecer. Ahora falta que nos conozcan y empezar a ponerlo en práctica».

José y Mónica aportan soluciones para integrar la tecnología en el ambiente, y Ana Belén Jiménez (fotógrafa) y Gabriele Appierto (arquitecto) han pensado en una empresa que ofrece servicios presenciales y on-line de decoración e interiorismo, home staging y fotografía de arquitectura e interiorismo. «También aplicamos técnicas de marketing inmobiliario para agilizar la venta de una vivienda, un local o un hotel», apuntan mientras reconocen que la idea de empresa se gestó en Italia. «Víviamos allí y este trabajo se nos dio bien, así que pensamos profesionalizar la idea y traerla a Castellón», subrayan.

Algunos de estos emprendedores son veteranos en el ejercicio de pensar y montar un negocio, pero hay otros que se acaban de iniciarse en la aventura. Es el caso de los hermanos Miguel y Marcos Soria. Son los cerebros de Unomas Wild, un proyecto de empresa que se dedica al diseño de equipaciones de ciclismo. «Los dos somos grandes aficionados a este deporte, así que pensamos en diseñar prendas con mucho valor añadido y mucho carácter», argumenta Miguel. Otra de las líneas de negocio de Unomas Wild es el café de especialidad a través de food truck. «Es la primera vez que emprendemos. Le hemos puesto toda nuestra ilusión y confiamos en que salga bien».

A LA TERCERA VA LA VENCIDA

Hay un dicho que dice que no hay dos sin tres y eso es justamente lo que le ha sucedido a José Miguel Sanchiz. Tras dos intentos fallidos, hace un año se volvió a lanzar con La Webberia. Tras un año testando el proyecto, la empresa funciona y cada vez tienen más clientes, así que la compañía es ya una cooperativa. Sanchiz es uno de los socios. El otro es Sada Tao, una diseñadora que dejó su empleo por cuenta ajena para emprender. Entre los dos idearon un servicio basado en el desarrollo de Progressive Web Apps, es decir, aplicaciones web que se adaptan al dispositivo que las ejecuta. «En un ordenador se comportan como una página web normal, pero en un dispositivo móvil se comportan como una aplicación, sin necesidad de instalarla», describen. «La idea ha funcionado y nos acabamos de constituir en cooperativa, así que en pocas semanas dejamos las instalaciones del CIES y la idea es trasladarnos a un oficina propia», cuentan los dos emprendedores que ahora están diseñando dos nuevas aplicaciones. «Una de ellas es una agenda para bodas y la otra es un programa de fiestas de la Magdalena, que incluya actos de collas y una geolocalización», subrayan.

Al igual que hizo la cofundadora de La Webberia, Elena Igualada dejó su trabajo en el sector del comercio para montar su propia empresa. Para ello se ha asociado con Esteban Fortea y juntos han creado Eselia Management, un proyecto que pretende mejorar la rentabilidad de las empresa potenciando su capital humano. «Nuestro objetivo es intentar cambiar la filosofía de las pyme, que entiendan que el capital humano es su principal activo. Para eso ofrecemos servicios de formación, consultoría e Interim Management basándonos en los valores de la comunicación, la empatía, el respeto, la integridad y la horizontabilidad para generar un desarrollo sostenible», dicen.

Detrás de esos seis proyectos made in Castellón hay toneladas de ilusión y horas de trabajo. Quizás no todos prosperen. O quizás sí. Porque es más que probable que en los próximos meses la mayoría de ellos funcionen, empiecen a ganar clientes y acaben siendo una empresa cooperativa.