El sector crítico con la actual dirección de Podemos en la Comunitat, que lidera Antonio Montiel, abrieron ayer la carrera hacia el Vistalegre valenciano --el congreso previsto para el 14 de mayo-- con un duro manifiesto en el que critican, entre otras cuestiones, lo que consideran la «degradación de los órganos de representación», y una secretaría general con un «poder excesivo».

Bajo el nombre Actualitzar Podem, aprofundir el canvi, se publicó una declaración que en su primer día en la red obtuvo más de 220 firmas, entre las que se hallan las del secretario general en Castellón ciudad y diputado autonómico, César Jiménez; el líder de València, Jaime Paulino, los diputados autonómicos Sandra Mínguez y Antonio Estañ, el senador Ferrán Martínez o el secretario general en Elche, José Vicente Bustamante.

FIRMAS // En cuanto a los cargos y simpatizantes de la provincia de Castellón que también firmaron, más de 40 --la relación adjunta recoge a los primeros en hacerlo-- se encuentran, además de Jiménez, la responsable de Asuntos Municipales en el Consejo Ciudadano Valenciano (CCV), que fue candidata al Congreso por esta circunscripción, Claudia Varella; y los secretarios generales de Burriana, Cristopher del Moral; y Vinaròs, Hugo Romero, y diversos integrantes de la dirección local de la formación en la capital.

El manifiesto señala que el espacio político de Podemos se «ha ido reduciendo» por la «invisivilización del trabajo institucional, el debilitamiento de la participación interna y la falta de una política de movimiento que fortalezca la sociedad civil organizada y la conexión con ella».

Añade que hay una pérdida de militancia, se ha asistido a la «degradación» de los órganos de representación; tilda al CCV de «poco operativo», al consejo de coordinación «centralizador» y opina de la secretaría general que tiene «un poder excesivo».

Por estas razones, buscan desarrollar «un proyecto político alternativo», que pase por «arraigar Podemos en el territorio» y «valencianizarlo»; potenciar la igualdad de género; conectar la formación con las necesidades sociales e impulsar el movimiento popular; hacer políticas desde las poblaciones, con recursos suficientes; y «recuperar el impulso democrático» que representó «la autoorganización» en el 15-M.