La castellonense Ana Blanco ha partido hacia Katmandú para relevar, junto a otros compañeros de Cruz Roja en la Unidad de Respuesta a Emergencias (ERU) de saneamiento masivo, a otros cooperantes que están trabajando en Nepal ayudando a la población a superar la situación tras el terremoto. Blanco, voluntaria desde 2006, tiene una amplia trayectoria en materia de cooperación y salvamento marítimo.

Ana Blanco parte ahora hacia Nepal junto a otros compañeros de Madrid, Guadalajara y Canarias para participar en tareas de prevención ante la inminente proximidad de la temporada de monzones, que puede agravar todavía más si cabe la ya difícil situación por la que atraviesan las víctimas del terremoto.

Blanco ya estuvo en el 2011 en Guatemala, ayudando a las familias afectadas por las graves inundaciones que asolaron a Centroamérica. Asimismo, en el 2008 viajó a Panamá para participar como delegada en representación de la Federación Internacional de Cruz Roja, en la Conferencia Mundial de VIH. Habla francés e inglés, ha sido coordinadora de playas de Cruz Roja Castellón y trabaja en cooperación y en unidades de respuesta inmediata.

Desde el primer momento del seísmo, el 25 de abril, de 7,8 grados, Cruz Roja envió material y personal a la zona para tratar de socorrer a las víctimas y ayudar a las personas damnificadas. El seísmo ha causado ya más de 8.000 fallecidos, 18.000 heridos, 2,8 millones de desplazados y 4,2 millones de personas afectadas. Ahora se teme que la llegada en junio de la época del monzón agrave los efectos del seísmo. Distribuir kits de higiene, instalar letrinas comunitarias, manejar pastillas potabilizadoras o evaluar el saneamiento en los campos de refugiados son acciones que llevará a cabo la voluntaria Ana Blanco durante los próximos días. H