En los bares y hoteles van a trabajar a destajo, pero hay un sector en Castellón que lleva varios meses de infarto. Se trata del medio centenar de negocios que en toda la provincia se dedican a la venta y confección de trajes de indumentaria tradicional y que durante el mes de febrero y los primeros días de marzo multiplican facturación.

La crisis ha cambiado muchas cosas, pero hay algo con lo que no ha podido, con la fiesta. Y quienes la viven desde dentro, que son miles y miles en Castellón, no renuncian a ir vestidos como manda la tradición, de los pies a la cabeza.

Pero los trajes que lucirán en los próximos días las falleras de Burriana, Benicarló, la Vall o Almenara y las madrinas de Castellón son todo menos baratos, Aunque la horquilla de precios es muy amplia, estrenar traje de Fallera cuesta unos 1.300 euros. El traje de labradora es algo más económico, entre 500 y 700 euros, mientras que el coste del traje de castellonera (el que luce, por ejemplo, la reina de las fiestas y su corte de honor en actos como la Galania) puede superar perfectamente los 1.200 euros, según han calculado todas los establecimientos de indumentaria tradicional consultados. Para ellos, los costes no son tan elevados y es posible ir bien vestido por menos de 200 euros.

Pero el traje (que suele incluir una falda, corpiño, manteleta y delantal) es solo una pequeña parte del atuendo femenino de las fiestas. Faltan elementos tan importantes como las peinetas, los zapatos, los aderezos o los calcetines. “Hay precios para todos los gustos y todos los bolsillos. En el mercado hay peinetas por 150 €, pero también por 300”, explican.

Las ganas de vestirse con un traje de labradora, fallera o castellonera no han variado, pero sí lo han hecho la manera de adquirir las prendas. “Mucha gente acude a la tienda a comprar la tela. Aquí se la vendemos y se la cortamos, pero luego la clienta se la cose ella, con lo que se ahorra un dinero”, cuentan en la tienda Tere Bellés, de Benicarló.

En Castellón, sucede lo mismo y, como manda la tradición, son muchas las abuelas que estos días confeccionan los trajes para sus nietas. H