Si tiene un contrato laboral suscrito con una empleada del hogar, aunque solo sea por tres horas a la semana, habrá notado que paga más a la Seguridad Social. Y no poco. El Gobierno ha eliminado de golpe y sin avisar el descuento del 20% que desde hace cinco años aplicaba a las cotizaciones de estas trabajadoras. ¿La consecuencia? Miles de familias de Castellón han visto cómo el dinero que destinan a la cuota de su asistenta se ha disparado, y las que todavía no han pagado lo van a comprobar en unos días.

El incremento no es baladí. Un ejemplo. Cualquier familia de Castellón que tenga dada de alta a una trabajadora del hogar por 12 horas mensuales (tres a la semana) hasta ahora pagaba en concepto de cuotas a la Seguridad Social 37,40 euros al mes. Desde ya las cosas cambian y las cotizaciones ascienden a 44,53 euros. O lo que es lo mismo: 7,13 euros más al mes. 85,56 euros más al año. Claro que la cuota varía en función del número de las horas y del salario pactado y va (hay ocho tramos fijados) desde los 44,5 a los 238 euros mensuales. De esta nueva realidad solo se libran las familias numerosas, que seguirán abonando por sus trabajadoras domésticas la misma cantidad que hasta ahora.

La subida de las cuotas no gusta nada a las 4.045 empleadas domésticas de Castellón dadas de alta en la Seguridad Social. «Nosotras somos las primeras sorprendidas por una medida tan unilateral y que en nada nos beneficia», apunta Irene Gómez, portavoz de la Plataforma por los derechos de las personas trabajadoras de hogar de Castellón, compuesta por entidades como Cruz Roja, Cáritas, la asociación de mujeres inmigrantes Amuinca o los sindicatos UGT y CCOO. «Es un incremento que supone mucho dinero de golpe y que además tienen que asumir los empleadores, en este caso las familias, y sin duda va a suponer que muchas acaben por dar de baja a la trabajadora», añade.

UN PASO HACIA ATRÁS

El descuento en las cotizaciones era el principal incentivo para que empleadores y empleadas optaran por estar dentro de la ley y su punto y final inquieta a ambas partes. También lo hace a sindicatos y a aquellas asociaciones que luchan por dar visibilidad a un colectivo que sigue sin equiparse al resto de trabajores en materias como indemizaciones por despido o cobertura por desempleo. «Es otro paso atrás y lo que provocará es un incremento de la economía sumergida», sentencia la portavoz de la plataforma de Castellón, que lamenta que este sector integrado mayoritariamente por inmigrantes esté recibiendo golpes por todas partes.

El cambio legislativo del 2012, que obligó a todas las familias a dar de alta a su trabajadora doméstica, supuso un avance importante para el colectivo, pese a que se calcula que más de un 30% todavía trabaja al margen de la ley. En Castellón, y según las estadísticas del Ministerio de Empleo, hace cinco años se contabilizaban 2.065 empleadas de hogar, la mitad que ahora.